El presente de César Antín no escapa a la realidad de la mayoría de los habitantes del país: “guardado” en cuarentena; sin posibilidades de entrenar y abocado casi exclusivamente a su familia. ”La verdad que no no estoy entrenado porque se me hace muy difícil entrenar en casa porque estoy con mi nena y se me complica. Me dedico de lleno a mi familia”, reconoce.
El rionegrino parece transitar un proceso de definiciones en su carrera, motivado sólo por las bolsas en el exterior y sin descartar volver a su Bolsón natal. “Tenía una pelea en Rusia ya confirmada; iba a hacerla y volverme a vivir a mis pagos. Gracias a dios y al boxeo logré hacer mi casa y comprar mi auto. Con lo de Rusia tenía pensado poner algún negocio chico en El Bolsón y quedarme tranquilo”, sostuvo Antín, otro de los frenados por el Coronavirus.
“Creo que va a ser difícil volver porque así como yo hay muchísimos boxeadores que están parados. Esto es muchísimo para los que vivimos de esto y nos afecta un montón”. La temporada había arrancado prolífica para el “Gato” ya que había vencido a Carlos Chaparro en Monte Hermoso y perdido con Artem Harutyunyan en Hamburgo, en su segunda experiencia europea. “Acá en una pelea de título ganás medianamente bien. Con una pelea afuera gané seis veces más de lo que gano acá”.
Realista, asume que el boxeo en su vida empieza a transitar una cuenta regresiva. “La verdad si fuera por mí ya hubiese dejado pero hasta que no tenga un laburo fijo no pienso hacerlo. Igual soy jóven y si dejo, voy a extrañar la adrenalina de subir al ring”, finalizó.
IT/Piñas del Sur.