Una luz al final del túnel. De esta manera William Scull describe su contrato con una de las compañías más importantes del boxeo en Alemania. El cubano llegó a un acuerdo con AGON con el objetivo de abrirse paso en el universo profesional y combatir por un título del mundo. La firma se había realizado un tiempo atrás y Scull (14-0, 6 KO) tenía previsto realizar su primera presentación con esa entidad en algún momento de mayo, pero debido al coronavirus habrá que esperar al otoño para que pueda ir en busca de su victoria número 15. Actualmente en las 168 libras, Scull se sumará en Alemania a un grupo de compatriotas donde sobresalen el pesado José Larduet y el también súper mediano y matancero Osley Iglesias, los cuales ya se encuentran encaminados en tierras germanas. Actualmente, Scull vive en Trelew, en el sur de Argentina, junto con su entrenador y compatriota Franquis Aldama, quien pasará a ser uno de los técnicos principales de AGON y seguirá supervisando el desarrollo del guerrero de 27 años, cuando ambos se muden a Alemania. Durante su período en el boxeo amateur en Cuba, Scull realizó 380 peleas, ganó un título de campeón nacional y tuvo éxito en torneos internacionales antes de que decidiera probar suerte en el ámbito amateur.
Tras debutar en Argentina el cubano William Scull pudo combatir en Alemania gracias al apoyo del ex boxeador cubano Pedro Carrión, quien le abrió puertas que ahora han desembocado en esta acuerdo.
¿Qué significa esta firma para ti?
“Esta firma significa mucho, un paso muy grande, mi carrera necesitaba un empujón y en el contrato queda claro las peleas que me hacen falta para crecer. Tenía fecha para mayo, pero ahora miramos a septiembre. Vamos por el título europeo y luego una eliminatorio mundial. Debemos estar cerca’‘.
¿Cómo peleas en Alemania?
“Gracias a Pedro Carrión. El hizo su carrera en Alemania y logró establecer muchos contactos. El me dijo que fuera a pelear allá, me conectó bien en Alemania. En buen cubano, me dio una mano para caminar. Eso se lo voy a agradecer siempre’‘.
Para el que no te conoce, ¿cómo eres en el ring?
“Un boxeador técnico. Domino todas distancias, soy muy defensivo. No me considero pegador, pero sí soy certero en el golpeo y la gente se cae. Técnicamente estoy bien preparado, con buena velocidad de manos y piernas. Estoy en 168 libras junto con Irosvani Duvergel y David Morell’‘.
¿Y fuera del ring?
“Normal, tranquilo, soy un hombre de la casa. Lo mío es gimnasio y descanso. Cuando sale fueras de tu país, no es como Cuba. Uno vive más concentrado. Este es un pueblo tranquilo. Me conocen’‘.
¿Cómo comenzaste en el boxeo?
“A los nueve años jugaba béisbol, y un día un entrenador de boxeo llevo sus muchachos al terreno de pelota y me puse los guantes y tiré unos golpes. El profesor me preguntó si quería ir a un torneo provincial en 15 días. Dije que sí de fresco y conquisté una medalla de bronce. Además de que me partieron la nariz’‘.
¿Por qué decides pelear profesional?
“Sufrí una lesión en el 2018, estando entre las primeras figuras y me bajan y empezaron a rehabilitarme. Luego, en una eliminatorio quedó primer lugar y después en otra en La Habana. Mi división estaba caliente y le gané a todo el mundo. Pero no me tuvieron en cuenta para el equipo juvenil. Solo me querían para hacer sparrings’‘.
¿Cómo llegas a Argentina?
“Un día vino a verme un argentino que había visto mis peleas en Youtube Yo no había escuchado esa palabra, y me invitó a venir y me fui quedando. Luego Lucas Matthysse me contacta y me pide que fuera para Trelew para que lo ayudara en un campamento. Hice sparrings con Lucas. Me quería llevar para Estados Unidos, pero no tenía visa. Me ofreció un trabajo en un gimnasio. Es tremenda persona’‘.
Jorge Ebro/El Nuevo Herald.