Manuel Ricardo González, el «Cholo» para el mundo del boxeo, dejó existir anoche, a los 67 años, en el Hospital El Carmen, tras algunos problemas cardíacos. Así, se fue una de las grandes glorias del pugilismo mendocino y uno de los históricos del Mocoroa Boxing Club, de Don Paco Bermúdez. Traer a la memoria a González es entrar en la retrospectiva de hace 41 años; en la mañana del 14 de marzo de 1979, en Japón, cuando el mendocino fue despojado del título mundial mediano liviano (superwelter) de la Asociación Mundial (AMB), tras un claro triunfo ante el local Masashi Kudo. Uno de los despojos más grandes de la historia de este deporte. Desde entonces, el «Cholo» pasó a ser “El campeón sin corona”.
Sin dudas fue el tramo más amargo de su carrera pugilística. Tanto, que el año siguiente decidió colgar los guantes. Cada vez que alguna pregunta lo llevaba a aquellos días, al mendocino se le quebraba la voz y los ojos se le llenaban de lágrimas. Tuvo revancha, sí, tras los reclamos de «Tito» Lectoure a la AMB. Fue el 20 de junio de ese mismo año. Sin embargo, esta vez fue diferente y la derrota llegó por abandono en el decimosegundo round, en un episodio que luego sería relatado por el propio boxeador como “muy confuso”.
«Cuando se realizó la revancha, sufrí otra triste experiencia. Yo iba ganando, pero cuando llegué al decimosegundo round, me quedé inmóvil en el rincón: ¡no sabía dónde estaba parado! ¿Quién soy? ¿Qué hago acá? ¿Por qué peleo? Fue como si hubiera sufrido un ataque de amnesia. Lo que pasó en el desquite nunca se esclareció porque a mí me dieron un energizante que me produjo un efecto contrario: en vez de potenciarme me dejó sin fuerzas, me paralizó el cuerpo y la mente. Solo reaccioné minutos después en el camarín, cuando me enteré que habían tirado la toalla y que había caído por abandono. También sufrí un ataque de nervios y un malestar estomacal».
Fue una experiencia que terminó marcándolo para el resto de su vida. A los 26 años dejó el boxeo y aquella zurda prestigiosa y pesada no volvió a subir a un ring. Fue campeón argentino en cuatro oportunidades y campeón sudamericano. Había nacido en Rodeo del Medio, cuna de grandes boxeadores por aquellos días, el 15 de marzo de 1953. «Pascualito» Pérez, inspirador de González, también nació en ese distrito maipucino. Su récord a lo largo de 45 peleas: 12 triunfos por nocaut, tres derrotas (2 por la vía rápida) y 4 empates. Su debut profesional fue el 8 de junio de 1973, cuando derrotó por nocaut en el tercer rounds a Juan Galletari, en Tunuyán. Fue un típico púgil de la escuela de Bermúdez: estilista y de gran defensa, además de buena pegada. Su último combate fue el 6 de octubre de 1979, frente a Walter Gómez, cuando también perdió por nocaut. Desde entonces, con la desilusión a cuestas, se dedicó a su familia: su esposa Liliana y a sus hijos Gabriela, Eliana y Yamila.
Sergio Faría/Diario Los Andes.