Roque Ariel Huenullanca nació el 3 de diciembre del año 2000 en la ciudad de Comodoro Rivadavia. Tiene 19 años y un horizonte boxístico por descubrir. Es el “Neymar” del gimnasio Municipal del barrio Pueyrredón y uno de los jóvenes talentos, herederos de la vieja escuela y con un techo difícil de determinar. “Empecé a entrenar como a los 12 años en la vecinal de mi barrio Abel Amaya. Se puede decir que mi papá fue quien me guió al camino del boxeo. Entrené por un tiempo después probé con el fútbol hasta los 17 años y decidí volver a entrenar boxeo donde conocí a mí entrenador Carlos Mansilla”.
Un técnico con estilo clásico; un boxeo “de potrero” que parecía en extinción encontró en Huenullanca a un diamante para pulir. “Me enfoco más en un boxeo inteligente, basado en el manejo de la distancia; saber caminar el ring y utilizar la velocidad. Trato de tener un repertorio amplio. No quiero un boxeo en el que me tenga que adaptar a mis oponentes sino que mis oponentes se tengan que adaptar a mí”.
Lleva 6 peleas realizadas con 5 triunfos y un empate, con promotor propio –Carlos Lago- y una proyección real y genuina. “La pelea más destacada fue la de mí debut porque fue la que más esperé y anhelé por mucho tiempo. Después para mí todas las peleas son destacadas”.
Huenullanca reconoce un paciente “paso a paso” en el armado de su carrera. “Primero cuando aún no debutaba quería tener la revisión médica; cuando la obtuve quise debutar como amateur y ahora mí objetivo es sumar peleas y experiencia para así pasar a mí próximo objetivo que sería debutar como profesional. Después –anheló “Neymar”- iría por mí sueño que es ser uno de los mejores boxeadores eso implica ser campeón mundial”.
Ariel ayuda a su padre trabajando en la construcción y aunque no llegó a terminar el ciclo secundario, se comprometió a anotarse en la Nocturna. “Quiero cumplirle el sueño a mi mamá y darle esa alegría. Ellos y mis dos hermanos son las personas más importantes y que me apoyan en todo lo que hago”. Hoy el boxeo lo ha puesto en una posición de privilegio; en el mejor escenario que quisiera un artista de los puños. Huenullanca tiene mucho de los boxeadores de escuela; con estilo vistoso y eficaz; desplazamientos que llevan a minimizar el ataque rival y a responder siempre en una proporción mayor. A esa base técnica, instintiva le suma el ritmo y la dinámica de éstos tiempos; los “detalles” que se van potenciando en el gimnasio. “Miro a todos los boxeadores pero el que más me gusta es Saúl “Canelo” Álvarez y Terence Crawford. También me gusta mucho como boxea Brian Castaño”.
Angel Contreras es en su peso, una referencia obligada. “Somos amigos; es tremendo boxeador; rápido y parece fuerte sería muy buena pelea. Igual quería aclarar que yo sí quería pelearle pero como él dijo que nosotros estamos para hacerle caso a los técnicos. Siempre hay que tenerse confianza en uno mismo. Yo me voy a preparar para ganar, no para perder y sé que él igual. Ojalá se dé”.
IT/Piñas del Sur