En éstos tiempos su visita hubiera causado una revolución. Pero en 1951, el mito resguarda la visita de uno de los boxeadores de fama mundial a Comodoro Rivadavia. El dato parece dormido en los archivos pero existió: Una de de las siete peleas realizadas en Argentina por el notable Archie Moore fue en el Palacio de los Deportes, el actual Centro Catamarqueño.
Moore recorría el mundo a falta de chances en Estados Unidos y en esos periplos interminables sin agenda llegó a pisar la calle San Martín. El ídolo americano llegó por barco a la ciudad y generó un revuelo en la ciudad enfundado en un costoso traje, cordial y generoso con las propinas en dólares para los sorprendidos lustrabotas del centro.
La fecha fue el 5 de agosto de 1.951. Moore, cuando quien aún no era campeón del mundo, noqueó en cuatro vueltas a Rafael Miranda en el Palacio de los Deportes. Después peleó en Bahía Blanca.
En esa primera gira argentina sin ser campeón mundial, Moore obtuvo 6 victorias y 1 empate frente al belga de oficio relojero Karel Sys, quien había emigrado al país después de la Segunda Guerra Mundial. Todo comenzó el 9 de Junio en Buenos Aires con un nocaut frente a Abel Cestac y tras su empate; superó a Alberto Lovell; Vicente Quiróz en Montevideo; Víctor Carabajal en Córdoba y Américo Capitanelli en Tucumán, todas resueltas antes del límite.
El gran día fue el 5 de agosto del ’51 cuando el gran Archie Moore fue anunciado con bombos y platillos en un estadio colmado. Puso nocaut en cuatro rounds a Rafael Miranda, un mendocino que a la postre, terminó cumpliendo un papel digno inclusive jugándose ante la posibilidad de un “batacazo” que nunca llegó. De Comodoro viajó donde doce días después puso nocaut en tres vueltas a Alfredo Lagay, también oriundo de Mendoza.
En diciembre de 1.952 consiguió en la Arena de Saint Louis la corona mundial de los medio pesados venciendo a Joe Maxim con 39 años y cuando ya tenía más de 150 peleas realizadas. Tras superar a éste mismo rival un año después volvió a responder a la invitación formulada por Juan Domingo Perón y Eva Duarte para pelear en el Luna Park.
Primero despachó rápido al novato Rinaldo Ansaloni quien tenía larga campaña como amateur pero solo 2 peleas profesionales y posteriormente, en un recordado match ante el bravo invicto uruguayo Dogomar Martínez el 12 de septiembre de 1953. El charrúa no solamente presentó ruda batalla, incomodó por momentos al campeón del mundo y se mantuvo en pie a pesar de dos caídas y un marcado deterioro físico.
Moore escribió una página gloriosa del boxeo mundial no solamente por su longevidad. Hizo 215 peleas, con 183 victorias (131 antes del límite; mayor marca alcanzada por boxeador alguno);22 derrotas, nueve empates y un match nulo. Boxeó durante cuatro décadas hasta 1963 y se retiró con casi 50 años, aunque su edad haya sido siempre una incógnita. Entre los hitos de su carrera aparecen sus epopeyas a pesar de la derrota en peso pesado -era un mediopesado casi imbatible- ante Rocky Marciano (1955); Floyd Patterson (1956) e inclusive con 48 años, retando a Cassius Clay y haciéndolo esforzar en base a su experiencia y jerarquía. Su materia pendiente fue coronarse en la máxima división por si algo le faltó conquistar en su prolífica carrera. Murió a los 84 años en San Diego, California por problemas cardíacos siendo Comodoro Rivadavia, testigo de su leyenda.
Investigación IT/Piñas del Sur.