Fueron dos meses duros, de encierro pleno. Sin poder entrenar ni salir a correr, algo que para el cutralquense Damián Rojas siempre activo para mantenerse en forma y listo para subir a dar pelea, resultó complicado. “La pasé mal… Me estaba dedicando a comer y dormir. Por suerte pude volver y ahora estoy entrenando con mi papá en el gimnasio”, dijo el promisorio pugilista al que la pandemia le recortó gran parte de sus proyectos de este año en el que aspira a pelear por el título Argentino Superpluma que hoy está vacante. En caso de concretarse la posibilidad podría chocar con el neuquino radicado en Córdoba Matías Romero quien ocupa el primer lugar del ranking de la división. Desde que se incorporó al campo rentado en 2017, Rojas acumula un palmarés de 12 peleas con diez victorias por nocaut y dos perdidas por la vía rápida. En su carrera como amateur fue medalla de oro en los Juegos Evita en el año 2012 y luego dos años después campeón provincial ligero y subcampeón argentino juvenil en categoría hasta 60 kilos. “Pude volver hace un mes y luego de cumplir en mi casa los 14 días de aislamiento ya estoy entrenando con mi viejo (Jerónimo “Jony” Sosa) y cuando puedo salgo a correr para mantenerme en forma”, afirmó el pegador neuquino. El Chiva se instaló el año pasado en Buenos Aires para entrenar en el gimnasio Acoyte Boxing, que está ubicado en Caballito, con Leonardo Pessano y Demian García con el fin de reorientar su carrera boxística.
Desde entonces se cambió de categoría. Pasó de peso ligero a superpluma, división en la que buscará proyección. Sobre su experiencia y la decisión de mudarse para seguir creciendo destacó que “con los trabajos que realizo con los profes creo que mejoré mucho la técnica y la resistencia”, consideró.
Este año, poco antes de decretarse la cuarentena derrotó al misionero José García por nocaut en la cuarta vuelta en combate que se realizó en el estadio de la Federación Argentina de Box. “Estaba haciendo la pretemporada cuando me sorprendió la cuarentena que se impuso pocos días después de mi pelea que fue el 13 de marzo. No pensé que iba a ser para tanto pero al final estuve dos meses encerrado sin poder siquiera salir a correr. Se me complicaba ya que no tenía mucho espacio. Estaba viviendo en un departamento chico. Esos dos meses se me hicieron eternos. Sólo me dedicaba a comer y dormir. La pase mal así que por suerte me pude venir a Cutral Co donde estoy entrenando con mi viejo en el Polideportivo del Barrio Unión”, contó en su desahogo.
“No poder hacer nada me estaba haciendo mal. La pandemia me afectó porque tenía pensado hacer dos peleas más y después ir en busca del título Argentino superpluma” (vacante), recalcó. Sobre la última pelea que definió de forma espectacular afirmó. “No se si fue la mejor definición pero fue un lindo nocaut. Fue una mano que pude enganchar justo. Lo venía entrenando en el gimnasio y la pude repetir en el ring y salió”, se alegró.
La Mañana de Neuquén.