Entre el trabajo y su sueño boxístico, a Jonathan Claudio Sauco no le quedaba tiempo. De madrugada, cuando el resto duerme, cruza literalmente la ciudad para poder entrenarse. Y a la hora del desayuno para la mayoría, ingresa a su trabajo en Rada Tilly. Para explotar el día por completo, aprovecha el bache del mediodía para salir a correr, completando su rutina. Con el resto de su energía tras un día agotador, recién llega a su casa de noche. “Es así. Me levanto a las 6 para ir a entrenar con el profe Alejandro Rodríguez en Fracción 15 a quien le agradezco su sacrificio hasta las 10. De ahí me voy a mi trabajo en una pescadería hasta las 15. A esa hora salgo a trotar porque a las 17 entro nuevamente hasta las 21,30. Como vivo en Kilómetro 8 me tengo que tomar dos colectivos para llegar a mi casa tipo 23,30. Casi que voy de visita je. Con mi familia solamente estoy los domingos en donde corro temprano y les dedico el resto del día”. Sauco (1-0, profesional de la categoría medio pesado) cuenta su historia como si fuera un “Rocky” de éstos tiempos.
Y resume en su esfuerzo, la ambición sana del que quiere triunfar, del peleador humilde que no tiene nada servido en bandeja. “Ser profesional es un sueño. Para mí fue salir de los pasillos de mi barrio; del alcohol y los malos pasos para ser un atleta. Me da orgullo por mi abuelita que es la que no dormía cuando yo salía a vaguear”, cuenta Sauco quien asume que si no se boxeara, estaría “preso o muerto”. “Soy un pibe salido del barrio, criado por su abuela, bastante solitario. Ya es un sueño cumplido ser trabajador y buena persona y no detrás de unos barrotes”.
“Jony” es hoy el único profesional activo de Tierra del Fuego, su provincia natal. Nació en Ushuaia el 6 de noviembre del ’90 y fue en el frío patagónico donde encontró al boxeo como una tabla salvadora. “Yo tenía 18 o 19 años y andaba en malos pasos en la calle. Un amigo me acercó a Damián Pradena del barrio Monte Gallinero que me sacaba a correr con más de un metro de nieve y me llevaba a su casa. Yo pesaba 145 kilos y llegué a bajar a 103 cuando nos invitaron a pelear en Río Grande. Yo no sabía nada y un zurdito me pegó hasta debajo de las muelas. Yo aguanté con el corazón y peleando como en el barrio, yendo para adelante”. Haber conocido a Raúl “Pelado” Montesino lo acercó a una nueva oportunidad. “Le había hablado para entrenar con él y me dijo “Venite a Trelew”. Un día con el bolsito, terminé golpeando la puerta de su casa”. Allí el sabio Félix Chiquichano le dio el “toque” boxístico que nunca había tenido. Y hasta le ganó el duelo a la balanza, primero en 85 y hasta en 79 kilos.
Como profesional registra una pelea: fue el 10 de mayo del 2019 en el gimnasio Municipal de Comodoro Rivadavia. Le ganó por nocaut a Diego Fernández. Es el único profesional que tiene Tierra del Fuego.
“Me gusta boxear y jugar mucho con las piernas buscando los blancos más precisos. No me gusta meter golpes al pedo sino que cada mano lastime ya que en mi categoría se pelea duro”. Agradece al promotor Martín Décima por incentivar su carrera y con orgullo reconoce: “Nunca tuve un sponsor para tener vitaminas y lo que necesito. Trabajo; me las compro y me pago el colectivo porque no me gusta pedirle nada a nadie”. Y dice identificarse con los “galácticos” como Lomachenko, Josh Kelly y más acá, el “Avión” Gauto. “Me gustaría entrar entre los diez mejores de Argentina en los 78 kilos”.
IT/Piñas del Sur.