Hay peleas que hicieron historia. Hay que hablar de choques legendarios que paralizaron el mundo entero como el duelo entre Muhammad Alí y George Foreman en Kinshasa, República del Congo, el 30 de octubre de 1974 o uno más cercano a nuestro tiempo con Floyd Mayweather y Manny Pacquiao dirimiendo a golpes quién era el mejor el 2 de mayo de 2015 en Las Vegas, Estados Unidos. Desde Salta se vivió a lo lejos ambos combates, pero nuestra provincia tuvo su propia “pelea del siglo”, de la que hoy se cumplen 34 años.
Nunca un combate generó tanta expectativa en la provincia de Salta como el que protagonizaron Rubén Osvaldo Condorí y el mexicano Gilberto Román por el título mundial supermosca del Consejo Mundial de Boxeo el 18 de julio de 1986 en el por entonces flamante estadio polideportivo Delmi, inaugurado apenas días antes, el 28 de junio.
Para Condorí era el sueño de todo boxeador. A los 26 años se le presentaba la chance de ser el primer púgil salteño en ser campeón del mundo. Nadie había estado en esa posición jamas, menos teniendo la gran oportunidad de coronarse en condición de local, de la mano de aquellos que lo vieron forjarse desde una niñez con muchas privaciones hasta su apogeo de gloria a nivel nacional.
Enfrente tenía a un duro rival como el oriundo de Mexicali (Baja California) que venía con el título en su poder y siendo catalogado por la prensa especializada como uno de los cinco mejores boxeadores del momento, grupo en el que estaban Ray “Sugar” Leonard y Julio César Chávez (en sus primeros años).
Condorí se había ganado la chance de enfrentar al campeón del mundo ese mismo año cuando venció por puntos a Gustavo Ballas en nuestra ciudad el 11 de abril. El 30 de marzo, pero en el otro lado del mundo, Román tocaba el cielo con las manos al proclamarse campeón mundial de los supermoscas al vencer a Jiro Watanabe, también en las tarjetas, en Itami, Japón.
Para el Delmi era el bautismo de fuego. Se anunciaba que la capacidad total del recinto era de 16.338 personas, pero con asientos para 15.138 espectadores. Nadie se quería perder la pelea y ver los doce rounds aun de parado era un privilegio. La previa se organizó para que el estadio estuviera lleno; desde la Dirección de Tránsito se dispusieron cortes de calles y hasta las líneas de colectivo del momento modificaron su recorrido para que el público pudiera llegar al Delmi sin problemas.
Los grandes medios periodísticos del país y también los especializados en deportes se hicieron presente en Salta. Ernesto Cherquis Bialo llegó para escribir para El Gráfico, mientras que Julio Ernesto Vila fue el encargado de cronicar el combate para El Tribuno.
Ya pisando el 19 de julio comenzó el combate entre Condorí y Román; la supremacía del defensor del cetro supermosca fue demasiada para el retador. El fallo fue unánime a favor de la visita dejando a Condorí masticando bronca ante la oportunidad perdida. Las cifras de las tarjetas fueron las siguientes: Román 117 – Condorí 113 (Nicolás Ascanio de Venezuela); Román 118 – Condorí 112 (Rogelio Sisto de Uruguay); y Román 118 – Condorí 109 (Newton Campos de Brasil).
“La guapeza suicida le permitió al salteño sobrellevar pasajes en los que la superioridad de Gilberto Román resultó absoluta”, dice uno de los párrafos de la crónica de Vila para El Tribuno. Fueron palabras que resumieron el combate. El mexicano ofreció una defensa impecable ante miles de espectadores que esperaban otro resultado.
“Demostró ser un poco más que yo y no tuve las fuerzas necesarias para remontar la pelea. Traté de hacer lo mejor posible las cosas, pero qué se le va a hacer”, dijo Condorí tras su derrota. En el otro vestuario, el del vencedor, Román dijo: “La pelea fue difícil pero gané bien. El estilo de Condorí es complicado, aunque cuando le tomé la mano no dudé en que la pelea era mía”.
El resultado favorable fue el único que estuvo ausente en la “pelea del siglo” que tuvo Salta. La presencia del público le dio un marco inolvidable al Delmi, marco que pocas veces se repitió para un espectáculo boxístico en La Linda. Condorí no tuvo su sueño completo, pero aun con la derrota sigue siendo uno de los púgiles más recordados en el mundo.
Marcelo Rodríguez/El Tribuno.