Del calor correntino al frío de la Patagonia. La transición no parece afectarle demasiado a Sergio Carlos Santillán, el ex profesional hoy dedicado a su familia y a su carrera en las filas del Ejército Argentino. El “Tigre” de Curuzú Cuatiá decidió “parar” el vértigo de las grandes ciudades y cambiar de aires, instalado en Comandante Luis Piedrabuena donde proyecta armar su propia Escuela de Boxeo. Ingresó al Ejército en 1.995 como parte de la primera camada de soldados voluntarios y Concepción del Uruguay fue su primer destino hasta el ’99. “Después fui en comisión a Curuzú Cuatiá a trabajar en la construcción de un hangar. Ahí empecé a entrenar y peleé como amateur”, cuenta el correntino quien por entonces no contaba con un aval pleno para poder prepararse. “En realidad empecé a los 9 años porque mi papá era boxeador pero en el Ejército no era tan fácil”.
Llegó el profesionalismo y también la baja, imposibilitado de incorporarse como deportista a la fuerza. “El 27 de setiembre del 2001 me fui cuando estaba número uno en el ránking y a los tres meses fui campeón argentino. Siendo civil me alojé en el Regimiento de Granaderos donde además me regalaron una bata”. Después con apoyo de la superioridad, pudo reincorporarse como cuadro para representar a la institución hasta el final de su carrera activa.
Santillán nació el 27 de setiembre de 1973 en Curuzú Cuatiá, Corrientes. Es profesional desde 1.999. Fue campeón argentino supermosca y sudamericano supergallo; concretó 10 peleas internacionales. Con 16 años de carrera deportiva tuvo récord de 31 ganadas; 14 derrotas y 3 empates y con 5 títulos en su haber en tres categorías diferentes.
Además de guantear con Omar Narváes, Santillán recuerda a dos duros rivales sureños. “Con Raúl Medina defendí mi título argentino. Me enteré que falleció “Falucho”, una verdadera lástima, porque era un gran chico y un gran boxeador. A Chicagual lo enfrenté siendo campeón “nuevito”, él ya era campeón argentino y sudamericano y venía como para pelear por el título del mundo. Era fuerte y pegaba durísimo. A mí me costaba dar supermosca y llegué casi a mosca. Fue en la FAB, una pelea a ocho rounds. Yo lo superaba en velocidad, creo que boxeaba muy bien y lo superé, pero cuando me descuidé me metió una mano; no me caí pero me fui sentido al rincón. Después me recuperé porque estaba muy bien entrenado. Le gané por puntos pero pude perderla si ese golpe no hubiera sido tan cerca de la campana”.
Peleó en Ucrania, Estados Unidos, Canadá, Italia y Sudáfrica, disfrutó de cinturones internacionales; festejó títulos en mosca, supermosca y supergallo; conoció a “Mano de Piedra” Durán y a Evander Holyfield y hasta se dio el lujo de ser presentado por el famoso Michael Bufer. “No me arrepiento de nada y hay cosas que uno no se las olvida jamás. Tengo mi trabajo, mi sueldo y mis comodidades por el Ejército pero sobre todo por el boxeo. Creo que aproveché bien mi sacrificio de tantos años”.
El 18/08/2006 fue una fecha emblemática: se convirtió en el primer correntino en obtener un título en Europa. Ese día conquistó el Intercontinental FIB de peso mosca al noquear en dos vueltas a Giuseppe Lagana en San Magno d’Aquino, Italia.
Santillán apostó por completo al desarrollo profesional; es sargento primero en el Batallón de Ingenieros Mecanizado 11, una de las guarniciones instaladas en el corazón de Santa Cruz dirigida por el teniente coronel Carlos Bohum. “Acá estoy feliz y más tiempo con mi familia. Después de vivir como dieciocho años en Buenos Aires, estaba mal y tenía cuatro horas de viaje entre ida y vuelta. Estaba en el Estado Mayor en el edificio Libertador pero vivía en Villa Martelli. Surgió el pase y siempre quise conocer el sur, me vine y estoy feliz. No tendría problemas en radicarme acá, es una ciudad muy tranquila y con gente muy buena”.
IT/Piñas del Sur.