El último boxeador sudcoreano que ganó una medalla olímpica de oro, hace 32 años, quisiera que la presea hubiera sido de plata. Antes de subirse al cuadrilátero para disputar la final de los mediano junior contra el adolescente estadounidense Roy Jones Jr. en el último día de los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, Park Si-hun fantaseó con llegar a ser una leyenda del deporte coreano frente a una multitud de compatriotas delirantes de felicidad. Tres rounds después, tenía la medalla de oro, pero no la gloria.
La victoria de Park por un fallo de 3-2 sigue siendo uno de los momentos más polémicos en la historia del boxeo ya que Jones pareció dominar la pelea de principio a fin. El desenlace generó críticas de todos lados, incluso de los propios sudcoreanos, que abuchearon a Park en el podio. Jones tuvo una fenomenal carrera como profesional y se retiró en el 2018 con 66 victorias y nueve reveses, como uno de los pugilistas más grandes de todos los tiempos. Ahora es comentarista televisivo y planea un combate de exhibición con Mike Tyson en los próximos meses.
Park se sintió muy golpeado por lo ocurrido y no volvió a pelear después de los juegos de Seúl. Durante 13 años fue maestro de primaria y secundaria en una localidad rural costera antes de volver al boxeo como técnico. En una reciente entrevista con la Associated Press Park dijo que sueña con que uno de sus dirigidos gane convincentemente una medalla olímpica de oro, lo que representaría una especie de redención para él.
Han pasado más de tres décadas y todavía le duele el que su presea dorada sea considerada una mancha en unos juegos que representaron una especia de presentación mundial de la Corea del Sur moderna. “Siento un resentimiento que probablemente lleve conmigo el resto de mis días”, dijo Park, quien tiene 54 años y dirige a un pequeño equipo municipal de Seogwipo, en la isla de Jeju.
“No quería que me levantasen la mano” después de la pelea con Jones, afirmó Park. “Pero me la levantaron y mi vida se convirtió en un calvario”. Todavía hoy Park se siente mal al hablar de la pelea con Jones. Desesperado por alcanzar la gloria olímpica, Park peleó con una fractura en la mano derecha sufrida durante los entrenamientos. Dijo que ello no importó hasta que se topó con Jones, el único rival que era más rápido que él.
Sin poder usar la mano derecha, Park no tenía esperanzas con alguien de la categoría del estadounidense, que mostraba “gran velocidad, potencia y técnica”, según el coreano. “Yo era rápido para ser mediano, pero Jones estaba en otro nivel”, dijo Park. “Un boxeador sabe si ganó o perdió. Yo sabía que había perdido”.
Park dijo que se sintió “confundido” cuando el árbitro le levantó la mano y que no veía el momento de bajarse del ring. Se escuchaban una mezcla de aplausos y de abucheos. Más humillante todavía fue el momento en que un programa invitó a los 12 sudcoreanos que habían ganado medallas de oro y entrevistó a 11, pero no a él. El conductor lo ignoró completamente.
A Park le llovieron las críticas y lo que describió como insultos “muy ofensivos”, además de llamados a que devolviese su medalla. Asegura que fue una tortura psicológica, “como si te golpeasen con un martillo en la nuca una y otra vez”.
“A menudo pienso que hubiera sido mucho más feliz de haber terminado segundo”, dijo Park. Park dijo que cayó en una profunda depresión y por momentos pensó en suicidarse, y le agradece a su esposa, que lo ayudó a superar esos bajones. La pareja contempló la posibilidad de irse del país, pero empezaron a llegar los hijos y se quedaron. El más joven, Rei, de 20 años, estudia en Luisiana, Estados Unidos, y practica la jabalina. Sueña con ir a los Juegos Olímpicos del 2024. Si bien no se arrepiente de no haberse hecho profesional, diciendo que seguramente no hubiese llegado demasiado lejos con su estilo —sabía cómo evitar los golpes pero no le gustaba castigar al rival—, confiesa que sintió cierta envidia al ver los éxitos de Jones. Cuenta que de vez en cuando está en contacto con él.
Después de ignorarlo por mucho tiempo, la asociación de boxeo de Corea del Sur le pidió en el 2001 que dirigiese el equipo nacional de boxeo. Desde entonces ha estado varias veces al frente del equipo nacional y dirigió algunos pugilistas talentosos, pero nunca estuvo cerca de un oro olímpico. El Comité Olímpico Internacional dijo en 1997 que no había encontrado prueba alguna de que hubo sobornos en la pelea del 88. Estados Unidos había pedido una investigación luego de que saliesen a la luz archivos de la policía secreta de Alemania Oriental según los cuales algunos jueces habían sido comprados para declarar ganadores a los sudcoreanos.
The Associated Press