José Vargas, el esquelense que anoche venció por puntos a Alan Velázquez, en la vuelta del boxeo en el gimnasio Municipal de Comodoro Rivadavia tras la pandemia reconoció que fue favorecido por el fallo y se expresó disconforme por su producido en el ring. «No me siento ganador de la pelea, las cosas no salieron como yo pretendía. Lamentablemente no tengo nada que ver con los jueces, mi rival hizo un buen trabajo, es muy fuerte y no tuve una buena actuación». Sinceridad total para el profesional cordillerano quien peleó por primera vez a diez rounds y estiró su récord a 7-0 como rentado.
El trámite no le resultó favorable a Vargas (66,90 kgs.), quien sufrió una cuenta de protección y a la vez se vio favorecido por el descuento de un punto a su rival. Sintiendo la falta de acción, lució discontínuo en ataque y expuso lagunas defensivas que le restaron opciones ante un oponente que se adaptó mejor al ritmo y prevaleció en la mayoría de los asaltos con su apertura de izquierda. Con las señales de la pelea en su rostro, el representante del Club Comodoro se expresó autocrítico respecto a las dificultades previas para entrenar y poder contar con la colaboración de sus pares para guantear.
Un jurado determinó empate en 96 (García) otro dio medio punto de diferencia (Alderete) con 95,5-95 y la restante con un análisis menos práctico otorgó 97.94,5 (Sosa).
En el cierre del combate, no pudo revertir un panorama que se advertía desfavorable. Velázquez (66,70 y 3-11-1), representante de San Julián, impactó en mayor proporción y Vargas apeló al temperamento para sostenerse e intentar contragolpear en un largo aliento para él, cuesta arriba. Un jurado determinó empate en 96 (García) otro dio medio punto de diferencia (Alderete) con 95,5-95 y la restante con un análisis menos práctico otorgó 97.94,5 (Sosa). Unánime y con mucho por mejorar. Un triunfo que Vargas -con autocrítica- ni siquiera festejó.