Martín Castro peleará por segunda vez en Comodoro Rivadavia, un escenario que fuera consagratorio en los tiempos de amateurismo para Jorge Fernando, el «Roña», su papá. «Empecé en enero del 2019 y peleo porque me gusta. El boxeo me permite descargarme de todas las cosas malas que me pasaron en la vida». Arrancó tarde pero no le pesa el apellido. «En la calle tengo como cien peleas», cuenta mitad en broma mientras describe su incipiente récord con los guantes (2 peleas) y su trabajo como administrador de alquileres. «Creo que voy para adelante y soy astuto. Cuando hay que ser inteligente, lo soy», avisa. Ezequiel Martín, el heredero que nació en Caleta Olivia el 7 de agosto de 1.992 y reside en el barrio General Paz, dice tener el guiño del patriarca Jorge. «Cuando era chico me decía que no pelee porque era un deporte muy duro. Que si no eras bueno, quedabas entre el montón. Yo en este momento quiero llegar al profesionalismo y después obviamente, buscar peleas importantes. Como a todo el mundo me gustaría ser campeón argentino». Dice Castro quien tiene cinco hijos (Abril, Alejo, Agustín, Alexander y Azul) y está casado con Romina Santillán. Empató en su debut en Santa Cruz Norte con Lucas Segovia y viene de perder en Comodoro con Vladimir Mercado. En la tercera, el pupilo de Daniel Chazarreta confía en encontrar la llave de su primera victoria.