La madurez adquirida en éstos meses lo llevó a tomar decisiones, de vida y de boxeo. Walter Ezequiel Matthysse decidió que había que replantear su carrera; silenciarse y buscar el oxígeno que quizás necesitaba, lejos del sur. Aunque sea por un tiempo. En Córdoba, en el medio del silencio, esquivando a los flashes y encontrándose con sí mismo, con la fé y la compañía renovada de su flamante esposa, “El Niño Terrible” ya no es tan niño y tampoco prefiere apropiarse de aquel adjetivo intimidante. Bajó muchos cambios en una desaceleración forzada aunque su “reconversión” tiene un punto de partida: éste viernes 23 cuando vuelva a subirse al ring del Club de Ajedrez de La Calera, el mismo lugar del que no pudo bajarse por voluntad propia, el pasado 28 de noviembre cuando perdió inesperada y duramente ante Franco Morello. “Hay que ver el lado bueno de las cosas. Todo pasa por algo, hasta lo malo. Las cosas se tienen que acomodar. Yo decidí no rendirme y mirar para adelante. Sigo confiando en mí y me tengo mucha fe”.
Ezequiel eligió aprender del traspié, alimentarse con la imágen que nadie hubiera querido volver a ver y “limpiarse” el alma de guerrero con el único sustento posible: el amor de la familia. Aclaró que la Docta es una escala transitoria de su viaje y que seguirá llevando los colores del Chubut en cada lugar que se presente.«Vine a un campamento para prepararme, estar más cerca del norte y poder concentrarme para hacer varias peleas por acá”. Destaca el nivel de guanteo en su nueva escudería y anticipó una nueva versión boxística, más integral y no tan enfocada a lo destructivo. “Creo que verán al verdadero Ezequiel, el que boxea y no se deja pegar. Ni yo sé qué hice en la última. Reconozco que fue una mala noche. No me gusta hablar sobre eso ni decirlo porque suena a excusa pero esa semana estaba con la cabeza a full; concentrado en otra cosa y eso me jugó en contra”.
Ezequiel asume que «Dios acomoda todo” que las decisiones tomadas, le permitirán potenciar sus virtudes. “Todo sirve y no me volverá a pasar nunca más”, propone. “Cambié muchas cosas. Estoy donde tengo que estar y todo pasó por algo. Quizás podría haberla ganado a la pelea porque tuve las oportunidades pero hubiera seguido con ese estilo. Peleando así me hubieran noqueado ahí o después. Es mejor que pase ahora y no cuando pelee por un título. Ni siquiera me sentí yo cuando debuté, simplemente metí una mano y noquee”.
Reconoce haber resguardado sus sensaciones en el ambiente más íntimo. Por eso prefirió silenciar las redes sociales, una falsa pantalla de la realidad a veces cuando las cosas no salen como debieran. “Desaparecí un poco; solamente yo y familia pasamos éste proceso. Costó aceptarlo como un error pero siempre prefiero ver el lado bueno de las cosas”.
IT/Piñas del Sur