Maximiliano “El Picante” Verón se encuentra internado en coma inducido en el Hospital de Emergencias Dr. Clemente Álvarez de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Combatió el sábado por la noche en el Polideportivo José Arijon de la provincia de Santa Fe, donde perdió por nocaut técnico en el octavo asalto ante Gustavo Lemos, quien defendió exitosamente su cetro latino Superligero FIB. Si bien Verón recibió un duro castigo, no mostró signos que alarmaran a su equipo al finalizar el combate. Sin embargo, de camino a su hogar en Morón, provincia de Buenos Aires, Maximiliano se descompensó en la ruta a la altura de Rosario. La primera atención la recibió en el Hospital Juan Bautista Alberdi, pero debido a la complejidad del caso, fue derivado inconsciente y con respiración asistida al Hospital de Emergencias Dr. Clemente Álvarez (HECA), donde fue operado de urgencia por un sangrado cerebral. Verón fue sometido a una craniectomía descompresiva que afortunadamente resultó exitosa. Los médicos decidieron dejar al boxeador de 32 años en coma inducido para observar su evolución. Lamentablemente, a esto se sumó la confirmación de que el bonaerense dio positivo de COVID-19. Vale aclarar que Verón dio negativo en el hisopado que se le realizó previo al combate del día sábado.
Horas más tarde, su entrenador Marcelo Cerrezuela denunció públicamente que Verón fue desvalijado de sus pertenencias cuando fue asistido en la guardia del Hospital Juan Bautista Alberdi, el primero que recibió al “Picante” tras su descompensación. Cerrezuela aseguró que le robaron el dinero de la bolsa que Verón cobró tras el combate ante Lemos por una suma de 270 mil pesos. La denuncia fue presentada en la comisaría Nº10 de Rosario.
Según publicó TyC Sports, Cerrezuela afirmó: ““Maxi ingresó consciente al hospital Alberdi. Él había guardado el dinero en un bolsillo interno de una campera, que tiene cierre. Cuando se descompensó y fuimos al hospital, llegó con mucho dolor, pidiendo ayuda, casi gritando, diciendo que le dolía la cabeza”. Por protocolos del COVID 19, el entrenador de Verón no pudo ingresar junto a su pupilo: “Lo traía como podía. Lo senté en la silla de ruedas y lo metieron para adentro. No me dejaron entrar. Me quedé en el hall y desde ahí lo veía a él y escuchaba cómo le tomaban los datos”.
“Aparentemente después perdió el conocimiento. Estuvo como una hora, hasta que pidieron el traslado en ambulancia al HECA”, prosiguió, y ahondó: “Cuando salió -inconsciente y con respiración asistida-, ya no tenía puesta la campera. Le toqué el bolsillo del pantalón y tenía la billetera con los documentos. Cuando levanté la sábana, la campera estaba hecha un bollo sobre su pierna, pero sin nada. Faltaba toda la plata”.