Las palabras “sacrificio y ahorro” no suenan extrañas, ni quedan desperdigadas en el aire, improductivas. En cada rincón del gimnasio Aga Boxeo Tradicional, parece haber un contenido del autor. “Lo hice solo, trabajando el doble para costear las cosas. Todo subió el doble, incluyendo los materiales pero seguimos equipándonos, recibimos elementos de Comodoro Deportes. Se nos ocurrió avanzar porque estaban cerrando los gimnasios y queríamos dar clases en principio al aire libre. Armé todo con los protocolos hasta que surgió abrir un local en el centro. Mi inspiración única fue el amor al boxeo”, reconoce el “León” Cristian Miguel Aga, responsable del espacio quien resalta la ayuda del programa Comodoro Trabaja y el soporte que le brindan distintas secretarías municipales y el propio intendente. “Me gusta enseñar pero tengo esas ganas de pelear. Quisiera que mis alumnos me vieran en un ring. Me estoy familiarizando con todo pero quiero transmitir lo que aprendí tras entrenar con Víctor Godoi y el Gordo Domínguez, dos ex campeones del mundo. Me estoy preparando porque quiero hacer una o dos peleas más y después dedicarme definitivamente a dar clases”.
Aga exige disciplina y conducta para adoptar al boxeo como deporte. “No tiene que usarse para pelear o hacer macanas. Esto tiene que hacer bien en la vida y la salud. Muchos vienen a descargarse y a bajar de peso. Quiero destacarme como entrenador y poder sacar una camada de buenos boxeadores también”. El gym permite una descarga emocional; salir del encierro y de las pérdidas que dejó el COVID. Entrar bajoneado y salir cansado y con una sonrisa es la consigna entre bolsas, guantes y gigantografías de ídolos boxísticos de todos los tiempos. “Soy de la vieja escuela, de los profesionales nuevos me gusta Carlos Santana. Necesita apoyo para poder dedicarse al cien, ojalá tenga una oportunidad y pueda demostrarlo. El guanteo siempre faltó, le pasó al “Tigre” Saldivia alguna vez. Hay que centralizarse en la actividad, un gimnasio tiene que canalizar y reunir a los boxeadores para que entrenen y se ayuden juntos”.
Aga quiere desarchivar su ropa de profesional; “tentado” por el aliento de su madre, siempre reticente a acercarse a ver sus peleas en otros tiempos. “Volver es una meta que me puse yo, quiero demostrar que nunca es tarde y nada es imposible cuando uno se propone las cosas. La meta no es económica, quisiera hacer unas peleas más y ver hasta dónde se puede llegar”. Agradeció a Mara, su colaboradora; los sponsors Fluir; Carnicería El Chiqui y cada uno de los alumnos que concurren al espacio recreativo situado en calle Brown en pleno centro de la ciudad. “Quiero devolverle al boxeo parte de lo que me dio”, resumió agradeciendo a Piñas del Sur. «Cuando arranqué mi carrera como amateur salía en la revista de papel de Piñas del Sur y ahora es un honor volver en versión digital. Desde ya, muy agradecido».