De la totalidad de visitas a Comodoro Rivadavia que ha concretado Sergio Martínez, la de éste viernes tendrá aspectos diferenciales. Es que “Maravilla” llegó a la zona presenciando festivales; dando clínicas y charlas motivacionales y Master Class con participación activa pero nunca se había trepado a un ring, vestido de boxeador.
De hecho, éste viernes se producirá una circunstancia histórica: “Maravilla” volverá a calzarse los guantes en el país, algo que no hacía desde el 27 de abril de 2013 cuando enfrentó al inglés Martin Murray bajo la lluvia en el estadio “José Amalfitani” del club Vélez Sarsfield reteniendo la corona de los medianos del Consejo Mundial de Boxeo. De aquella noche multicolor, con cuarenta mil personas y un show deportivo nunca repetido en Argentina a ésta propuesta más humilde y modesta en el gimnasio Municipal Nro. Uno han transcurrido un poco menos de nueve años.
Llegará éste jueves a las 9; participará en la conferencia de prensa prevista a las 18 en el Lucania Palazzo Hotel y además de su exhibición del viernes; dará un Seminario de Boxeo éste sábado a las 18 en el Socios Fundadores, lugar que debió sumarse debido al gran número de inscriptos en la actividad y finalmente el domingo a las 11, dará una clase similar en instalaciones de Invictia Fitness Club en Rada Tilly.
Quien fuera ex campeón mundial superwelter y mediano ya visitó Puerto San Julián, Caleta Olivia, Trelew y especialmente Comodoro y Rada Tilly. Y éste regreso lo encuentra activo y con la mente enfocada a volver a pelear por un título del mundo. Es que resistió al retiro hasta donde pudo; entrenó, sanó su cuerpo de las lesiones y se reconvirtió a los casi 47 años para desafiar a un par de campeones “de los de ahora”. Llegó a su pelea número 60 como profesional (55-3-2, con 30 antes del límite) y va subiendo los escalones de a uno, desde su reaparición el 25 de septiembre del año pasado. Primero fue el español José Miguel Fandiño; luego el finés Jussi Koivula; más tarde el británico Brian Rose y en la más reciente quizás en su producción más sólida, derrotó al inglés Macaulay McGowan dando muestras de una vigencia que lo llama a desafiar al japonés Murata y hasta el propio “GGG” Golovkin. La fé está intacta y el alma de peleador, también.
PdS.