El boxeo puede ser en éste caso, una cuestión de fe. Sergio Davies se siente un apasionado del boxeo y llegó a realizar cinco peleas profesionales hasta que un accidente lo puso en una encrucijada. Una caída desde un andamio le provocó una lesión en el codo y si bien, la recuperación le demandó pálidas y un largo tiempo sin poder trabajar, admitió que había algo peor. “Creí que no iba poder boxear más pero Dios movió su mano sobre mi vida en todos los aspectos. Me salvó en todos los sentidos posibles. La gloria es para él y sin dudas, por él estoy volviendo a subirme a un ring” cuenta Davies, de 37 años y ahora pupilo de Mauko Narvaes desde hace un año.
Dice haber recuperado la motivación y el amor por el gimnasio. “Estoy bien y entrenando fuerte. Estaba alejado del boxeo porque no iba a pelear más por el accidente y por otras razones. De estar retirado, cinco años después vuelvo a boxear”. A pocos días de pegar la vuelta, dice no conocer a su rival del próximo sábado en el Casino Magic de Neuquén (será el invicto roquense Cristian Luis) prefiere contar su propia –y dura- historia personal.
“Mi vida va mejorando día a día . Voy a la iglesia; alquilo una casa y crio a mis tres hijas yo solo. Trabajo y entreno siempre acomodando los horarios para poder hacer todo lo que está a mi alcance. Hago albañilería y pintura pero en general de todo un poco Soy del barrio Presidente Perón de Trelew, ahí viví toda la vida”. Su último combate fue en Comodoro Rivadavia ante el pampeano Gastón “Panterita” Soria. “Agradezco a Valentín Figueroa , Federico Vega y Enzo Sánchez que son mis compañeros de gimnasio”, agrega.
“Boxear y trabajar cuesta mucho con los horarios pero asumo que todo sacrificio tiene recompensa. En lo personal estoy muy feliz de poder reaparecer”. Y recuerda con crudeza, lo que representó la baja laboral; el COVID y también las dificultades personales. “El año pasado fue difícil pero siempre confiado en Dios, todo mejora y vienen cosas mejores”.
Creer no es una simple. Es entender las razones, confiar y entender que no hay abismos posibles aferrándose a la fe. “De verdad Dios me salvó la vida y gracias a él, toda mi vida cambio. Concurro a la Iglesia Fraternidad Cristiana”. Para Sergio Davis volver ya es una misión posible y el boxeo le dará la oportunidad. Creer que se puede siempre es posible. Si Dios así lo quiere.