En un hogar donde manda la pelota, se impuso la pasión por el boxeo. Y el pibe del barrio Ceferino terminó torciéndole al brazo a una familia que ahora lo sigue y lo alienta. “En mi familia son fanáticos del futbol pero siempre nos gustó ver boxeo” reconoce Román Antonio Alejandro Nahuelquir, «Sombra», nacido el 17/9/2004 en la pintoresca ciudad de Esquel. “Una vez mi mamá se cruzó con mi entrenador Raúl Martínez y comencé a entrenar con él” describe el alumno de la Escuela “Cacique Inayacal”.
“Mi familia me apoyó desde el primer día que empecé, entreno usualmente en dos turnos que suelen ser de 15 a 16,30 y desde las 20 en el club Independiente”. Su primer combate lo realizó en Playa Unión, frente a Uriel García con una recordada victoria por puntos en 64 kilos y volvió a subirse al ring en Río Pico, ganándole en fallo dividido a Ezequiel “Pantera” Vidal, Las últimas dos las realizó en Comodoro Rivadavia, primero perdiendo en gran actuación ante Carlos Aylan y dos semanas después, en una accidentada derrota frente al dominicano Anthony Guzmán. “La perdí por un corte en la ceja fue una buena experiencia”, reconoce.
Tiene diecisiete años y describe al boxeo como un deporte “hermoso”, que no admite ninguna otra disciplina. “Solamente practico boxeo. Mi único objetivo es simplemente sumar más peleas a mi récord”. De entrecasa, con sus padres y sus dos hermanas, Román sueña con estadios llenos; con seguir aprendiendo en el gimnasio y con vivir intensamente cada viaje con la ropa de boxeo siempre lista. “Me gustan Pacquiao, Juan Manuel Márquez; Gennady Golovkin y Nonito Donaire”. En el ring tiene conqué: decisión, un boxeo práctico, corazón para atacar y la voluntad de crecer sin prisa pero sin pausa. Esquel, una tierra de campeones, necesita figuras y Nahuelquir, quiere ponerse en esa lista de “peleador del pueblo” que regale alegrías a una plaza que lo merece.