Naturalmente parecía difícil. Porque todo el entorno y el show giraba en torno de Sarah Asieng, una ídola incipiente en Kenia. Soledad Matthysse, con todo su oficio internacional a cuestas, pareció advertirlo en la previa. Y la pelea en el Charter Hall de Nairobi, terminó dándole la razón. Es que la argentina tardó algunos rounds en descifrar a su rival pero terminó mucho mejor plantada, contragolpeando y devolviendo los aciertos que recibía en medio de la confusión.
Asieng no fue fácil. Peleadora de gran contextura; fuerte aunque con limitaciones técnicas. De arranque pareció difícil de aguantar porque sus ataques sorprendieron a Matthysse, sobre todo con un uppercaut que aunque repetido, llegó muchas veces a destino.
Soledad se rearmó después de la confusión y pudo comenzar a desarrollar un plan más ambicioso, ahí la africana siguió tirando aunque ya no plantada en una distancia peligrosa; sufrió un ahogo físico y perdió efectividad en una pelea que siguió siendo rara y confusa.
En la medida que el tiempo avanzó, la “Itaka” pareció fortalecerse. Encontró la medida para tirar por sobre los envíos de su rival; sumó golpes y pareció no sufrir en defensa: La actitud también contó, porque en éste segmento Soledad construyó a partir de una motivación diferente, con la guía de su rincón y en un entorno que si no le fue hostil, tampoco la favorecía.
Achieng terminó siendo la presa a capturar. En más de una ocasión, la africana se vió obligada a retroceder y a tomarse pausas obligadas. Sin mostrar la imágen de los primeros minutos, el público terminó “levantando” a la local que llegó a la última campana con una imagen desteñida. Lejos, el cierre le favoreció a una Matthysse que terminó presionando en ataque quizás exenta de claridad y puntería provocado por el trámite que nunca cambió.
El final era previsible. Las tres tarjetas favorecieron a la keniata quien se quedó con el cinturón y cerró casi su propia fiesta. La boxeadora de Trelew no reconoció el triunfo de su oponente, quizás sabiendo lo que significa pelear en una tierra que no es la propia. Y todas las contras que ello representaba. Ganar es noquear y a veces, perder es seguir intentando…