El combate de fondo profesional anoche en el gimnasio Municipal Nro Uno de Comodoro Rivadavia pareció arrancar en un punto alto. Gustavo Lemos hizo primera, tirando con mayor eficacia pero en el segundo, Ezequiel Mansilla pagó con aciertos las primeras lagunas del formoseño, quien pareció perder de vista el objetivo y no invertir el capital inicial.
La paciencia premió a Mansilla con una izquierda que siempre llegó a destino y sumando en cada contragolpe ante un rival que lucía más veloz para descargar pero que comenzaba decididamente a planear otra estrategia. En la parte final, se repitió la postal: Lemos tocando en velocidad y saliendo hacia los laterales; evitando el avance de Ezequiel Mansilla aunque sin producir en ofensiva.
El negocio terminó siendo para el peleador del San Cayetano, quien ejecutó en mayor proporción; persistió en su intento y no se frustró ante el plan de escape sin más propuesto por Lemos.
Los últimos rounds fueron una fotocopia. Porque el representante del Team Alvarado decidió cerrar la pelea antes de tiempo, sin medir el caro precio que podía pagar. No pudo entrar en distancia, mostró alguna puerta abierta en defensa y permitió que Mansilla, con más orden y bastante más de riesgo asumido; llegara hasta el final con mejor imagen. Así lo consideraron los jurados quienes lo vieron ganar de manera unánime por 58-57 (Grossi); 59-55 (García) y 58-56 (Alderete). Una ley de premio y castigo que no siempre es observada en un análisis fino. Ezequiel Mansilla, entrenado y con mentalidad ganadora sumó así su tercera victoria como profesional (3-4 con 1) y festejó un reencuentro positivo, mostrando su capacidad estratégica y un entrenamiento acorde. Por su parte, Lemos (ahora 2-4-2) retrocedió para retomar impulso con una carrera abierta a su autocrítica. PdS.