Máximo Misael Cáceres, el Calibre, es un boxeador de la nueva generación. Que cree más en la técnica que en el rigor del golpe a golpe. Y que sueña en ser representante olímpico antes que boxeador profesional. O en todo caso ser un producto de ese estilo, basado en la técnica y la distancia marcada con el movimiento de las piernas; con puntería y velocidad para marcar golpes que en un cruce a suerte y verdad en el centro del ring. “Mi sueño más grande dentro del boxeo es ser campeón olímpico y ser parte de viajes internacionales con la Selección. Creo que estoy rodeado de gente buena y cada vez estoy más cerca del objetivo. Sé que ese momento va a llegar” reconoce Máximo, un talento que nació y reside a Puerto San Julián.
Ahí nació el 20 de octubre de 2.008 y reside hoy a un par de cuadras de la Avda. San Martín, la más importante de la ciudad, con sus padres Enzo (jubilado director de Escuela y maestro mayor de obras) y Juliana y su hermana Fátima. Pasó a tercer año de la Escuela Industrial Nro. 8 inclusive “antes de tiempo” para viajar a entrenar a Capital Federal y además de boxear, aspira ser piloto de avión y vivir del deporte. “Hice cuatro o cinco campus. El primero fue en Dina Huapi en diciembre del 2022; después en San Julián con Omar Narváez y Víctor Castro en julio del 2023. Me llamaron en agosto para otro en Las Grutas y a raíz de eso surgió la convocatoria para la Selección Argentina en el CENARD”.
Ni siquiera recuerda cuando se calzó los guantes por primera vez, pero tiene presente que la vocación nació de tanto acompañar a su padre entrenador quien hoy tiene a su cargo el Club de Boxeo 75, en honor a la primera escuela primaria en donde comenzó a preparar alumnos.
“En el CENARD aprendí muchas cosas pero lo que más me quedó grabado es que para ganar hay que pelear pensando. Y no tanto tirando golpes porque sí”. Omar Narváez es su guía técnico y un boxeador al que admira. Y en la misma línea enumera a Lomachenko, Teofimo López y Mayweather. “Todos salen mucho mejor con una base olímpica”, reconoce.
Entrena con la disciplina de un campeón. Con nutricionista, psicólogo y una rutina física que le prepara especialmente Ruperto “Peto” Ruíz. Cuando el tiempo escolar se lo permite, viaja a Trelew para entrenar y concentrar con el “Huracán”, el mejor DT para su aspiración. “Creo que él ve en mí que soy un buen chico; que me apasiona lo que hago y que tengo potencial”.
En sus 8 peleas como amateur, Máximo Cáceres sumó 4 victorias y 4 derrotas. Es vencedor del bonaerense Nazareno González, el caletense Miguel Reales y el fueguino Cristian Medina en la final del torneo “Guantes de Oro” disputado en San Julián. Perdió con Matheo Navarro en su debut en Lanús (BA), Thiago Chena; el caletense Gerard Vázquez y ante el puntano Máximo Olguín en los Juegos Evita de Mar del Plata.
“No es lo esencial hacerse profesional. No pienso en eso, no me gusta ese estilo de boxeo y lo siento más como un negocio”, dice el “Calibre” quien dice tener 8 peleas y 15 exhibiciones en su haber. “En los Evita se fijan en quien tira más y no tanto en la técnica. En la Selección la mirada es otra ya que ahí importa tener buena línea. En cuanto a los resultados no me preocupo. Fijate que a pesar de no haber ganado en los Juegos Evita igual me llamaron para el CENARD. Una pelea no afecta si sos bueno o no”.
Resalta el soporte material y afectivo de su familia. “Mi papá invierte un montón de plata en mí y está conmigo para lo que necesite. Omar (Narváez) es mi segundo profe; me quedo con él en el gimnasio y me atiende de diez. También le tengo que agradecer a Autofarma que siempre me ayuda con los suplementos”.
“Porqué Calibre?. Estábamos buscando un apodo y se me ocurrió a mí, empezaron a llamarme así y se me pegó. “Calibre” porque soy muy preciso para medir”, bromea el cadete santacruceño, cultor del nuevo boxeo.