A mano armada!!!!. Abril “Tina” Vidal sufrió uno de los peores despojos localistas vistos en los últimos tiempos. Y en una gran actuación, siendo reconocida por una de las tres tarjetas terminó perdiendo por puntos al cabo de diez rounds en el Casino de Montreal, Canadá. Terminó coronándose la local Vanessa Lepage-Joanisse, una campeona irreal en el ring que se quedó injustamente con el vacante título mundial pesado CMB.
Lejos de cualquier discusión, la patagónica ganó la mayoría de los asaltos; cerró siempre con una lluvia de combinaciones que llegaron mayoritariamente a destino. Con ese plan de ataque y de presión, Vidal condicionó el trámite desde la primera campana y durante gran parte del combate. Es que la boxeadora radicada en Centenario tiró en mayor proporción y utilizando siempre la distancia correcta, tuvo puntería y efectividad a juzgar por el rostro de la canadiense quien sufrió el desarrollo y tuvo escasos momentos favorables. Solamente promediando el octavo, Lepage-Joanisse logró capitalizar el cambio de aire de la argentina aunque siempre “remando” desde atrás.
La mayor combatividad de Vidal prevaleció en una pelea que por momentos se hizo intensa y que tuvo un dominio mayoritario de la rionegrina quien sostuvo el ritmo de su mano derecha y por momentos, desbordó a una rival que no respondió en ataque y no pudo imponer su boxeo. La lectura del fallo pareció “avisar” lo que vendría: la primera tarjeta le dio el triunfo a Lepage-Joanisse y aunque todo pareció normalizarse en la segunda, favorable a la argentina, sobrevoló el suspenso hasta que el último jurado “premió” a la canadiense quien festejó la obtención del cinturón con el rostro magullado que reflejó la única realidad posible.
Para Vidal no es un premio al valor y a la deportividad, sino una injusticia que no debiera suceder, inadmisible en éstos tiempos cuando los números le ganaron a la apreciación. El exceso de localía le negó obtener un título del mundo por el que trabajó y por el que transpiró sobradamente. En cualquier otro país, el resultado hubiera estado escrito sin discusiones. Pero en Canadá debiera castigarse lo que decididamente fue un resultado difícil de explicar. No dejó margen de duda y ganó ampliamente pero la robaron y le quitaron -de nuevo- la ilusión.