Un cinturón es un estímulo, una escala en el largo viaje hacia el reconocimiento. Un premio al trabajo realizado y también, una ventana que se abre a nuevas oportunidades. Así lo asume y lo entiende, Jonathan Wilson Sánchez, el “Chúcaro” madrinense que sufrió hasta el final para poder pelear y tuvo su consagración, curiosamente, ante un rival inesperado. Y de Chubut, como él.
“Para mi carrera un cinturón más, suma. Es una alegría y una motivación adicional para seguir entrenando y buscar el título argentino que es el que deseo para cumplir un sueño”, reconoce Sánchez, en modo Madryn y con la idea fija del cinturón celeste y blanca por encima de cualquier otro.
“Creo que ya estamos para debutar en el exterior. La idea es poder hacer una pelea más; seguir con ritmo y continuidad para cuando toque; salir a representar al país y hacerlo de la mejor manera. Quiero dar una buena pelea afuera”.
Jonathan asume que la pelea frente a José Vargas no estaba en los planes y recordó que el rival original era Rodrigo Coria. “Pude mantener la motivación. Nosé qué pasó con Coria, su manager parece que no lo dejé. Después intentamos pelear con el hermano y tampoco quiso. Yo estuve haciendo el campamento en Buenos Aires con dos compañeros zurdos porque mi rival también lo era. Cuando se cayeron los rivales y a Vargas le pasó lo mismo, se terminó arreglando la pelea. Me preguntaron si estaba de acuerdo y se terminó cerrando tres días antes del festival”.
La balanza no es un problema. El trabajo y la base física le permiten transitar cómodamente por dos categorías, superwelter y mediano. “En las dos me siento bien. En superwelter tendría un poco más de ventaja, es mi peso natural, donde debería hacer buenas peleas porque considero que soy “chico” para mediano”, explicó.
Dice estar boxísticamente en “ocho puntos” sin llegar al techo. “Puedo dar más. Éste año y el que viene, voy a llegar al punto máximo y voy a entrenar duro para sentirme bien”. En Puerto Madryn, se mantiene el trabajo físico pero sobre todo, se enriquece el afectivo con la familia y los afectos antes de volver a enfocarse en el gimnasio.
“Acá corro; hago bolsa en mi casa y manoplas con mi viejo. La preparación la seguiremos haciendo allá porque tengo más compañeros para hacer spárring y otra concentración que me permite entrenar más duro. Voy a seguir entrenando, peleando y volviendo dos o tres semanas siempre pensando en volver a entrenar allá”.
En ese punto sensible, se detiene. Y reconoce: “Le agradezco a mi mamá y a mis hermanas, al intendente Gustavo Sastre y a todos mis sponsors y la gente que me apoya en éste deporte tan duro sacrificado. Daremos lo mejor siempre para representar a Chubut y a la Patagonia de la mejor manera”.
Jonathan Sánchez dedicó al final un párrafo aparte para reconocer el acompañamiento que representa Wilson, su padre y compañero en el proceso. “Es mi entrenador y me ayuda en todo lo que puede, siempre viajando conmigo. Estoy muy agradecido con él”.