Se siente profesional y lo asume, entrenando más y trabajando el doble. Karen Almendra siente que transita por los primeros peldaños de una larga escalera y que en definitiva, todo está para hacer. Vive en el barrio 274 Viviendas, es vecina de Claudia López, “La Chica Diez” y se desdobla para cumplir con las obligaciones deportivas y las que le impone ser mamá. “Mi hijo Agustín de siete años, juega al fútbol en Independiente. Lo llevo a la escuela y a sus actividades y siempre tengo el acompañamiento de mis padres cuando yo no puedo”.
A los veintidós años, Karen asume “satisfacción” por los dos combates realizados, el primero en Chile y el segundo en la FAB. “Para el debut me preparé mucho, como tres meses y la segunda, salió veinte días antes y sólo había entrenado dos semanas. Cuando volví de Valdivia tuve una semana de descanso porque me sacaron una muela y te obligan a hacer reposo. Acepté la pelea pero no estaba bien preparada. Igual estuvo buenísima, a pesar de que tenía más experiencia que yo, la ví pareja. Con más entrenamiento le hubiera ganado”.
Almendra asume que sortear la barrera del profesionalismo implica otra responsabilidad y máxime cuando se pelea como visitante.
“Siempre esperaba que las rivales vinieran a buscarme y me movía más pero ahora, siento que voy más al frente. Tengo que aprender a no retroceder tanto. Estoy muy conforme con mis primeras dos peleas”.
Pensando en establecerse en los 52 kilos aguarda volver a subir al ring a fines de mayo. “Ahora entreno más horas, hago doble turno y cambió mi alimentación. Le dedicó más tiempo al boxeo y me gusta mucho la experiencia de los viajes. Éste año quiero sumar peleas y ver cómo llegamos a fin de año. Me encantaría pelear afuera, ojalá se dé”. En su “playlist” boxística, Karen Almendra ubica a Claudia López y Soledad Matthysse, dos contemporáneas del sur y a Yésica Bopp y elije a Amanda Serrano y a Katie Taylor como las referencias extranjeras.
Con el boxeo presente, recuerda haber hecho tres peleas amateur en el kick boxing y haber conocido en esas circunstancias al entrenador cubano Iván Díaz Pequeño. “Me costó entenderlo a lo primero pero con el tiempo, me fui adaptando. Habla muy rápido, le pedimos que hable más despacio”, bromea Karen sobre la particular manera de dar instrucciones de su coach cubano. Entrena en el gimnasio “Puños de Roca” y la base física la realiza en el Gym Decatlón. Agradece a Martín Décima por la gestión para conseguir peleas y al apoyo del Estudio Jurídico Integral. “Estoy buscando sponsors y también un trabajo porque en éstos tiempos está muy difícil. Trabajé haciendo limpieza y con el estacionamiento medido pero ahora necesito reforzar el boxeo porque no alcanza para vivir al menos por el momento. Recién estoy empezando, hay que pagar las vitaminas y mantener la dieta que es muy cara”.
IT/PdS.