Hay raíces y viejos libros que se transmitieron con el cuerpo y la palabra. El noble arte tiene su escuela en las tierras del Caribe, una fábrica infinita de talentos. Ahí nació Franquis Juan Aldama Alonso (46), oriundo de Matanzas y autodefinido como “ciudadano del mundo” después de dar su salto a Europa. “Siento que esto recién está comenzando”, asume desde la distancia y el lugar estratégico que hoy ocupa dentro de la promotora alemana Agon Sports.
“Las claves para entrenar a un boxeador parte de su mismo desarrollo incluyendo como principales aspectos, una preparación física adecuada y un buen nivel de sparrings”.
Aldama dice haber cumplido su primer objetivo, el de poner en el ring a los mejores atletas; con las armas y herramientas que lo puedan convertir en un campeón. “William Scull es quizás mi mejor pupilo, es el que hoy resume mi trabajo y mi mejor producto hasta la fecha. Está transitando por un gran nivel y no tengo dudas de que llegará al objetivo que se proponga”, dijo planteando su optimismo ante el posible duelo con el mexicano Saúl Alvarez, el “Canelo”, con algunos acuerdos que se están evaluando. De hecho, el “Indomable” ya compartió la última velada en T-Mobile Arena en Las Vegas y hasta sumó una victoria frente al estadounidense Sea Hemphiil en ocasión de la megareunión que tuvo como atractivo el choque mexicano entre el propio Alvarez y Jaime Munguía. “Es el mejor momento de Scull, el mejor de todos los que hemos trabajado durante éstos años. Está preparado para ser campeón del mundo con el “Canelo” o contra quien sea. Tenemos fé en que la oportunidad finalmente llegará y entrenamos para que ello ocurra”.
La paciencia del equipo es quizás la principal virtud. La pelea obligatoria para la FIB tendrá pronta resolución y Scull parece afirmarse como retador mandatorio ante “Canelo” o el que cuadre. Tiene 31 años; récord de 22-0 y 9 antes del límite como para respaldar que no es un desconocido, ni una figura poco atractiva para la venta de entradas. Aunque se manejaba la alternativa de un rival ruso (Vladimir Shishkin), los cañones apuntan a un acuerdo con quienes manejan la carrera del mexicano asegurándose la prioridad de ganar un cinturón para un futuro desafío.
Después de haber trabajado en Mendoza y en Trelew, las dos ciudades que representaron su escala previa antes del desembarco europeo, el entrenador cubano reconoce que la principal característica que tienen los boxeadores argentinos es la actitud en el ring. “Son muy aguerridos a la hora de pelea, después considero que hay algunas cuestiones técnicas y tácticas para mejorar en general que deberían potenciarse”.
Elije a Mariano Castillos, Antonio Peñate y Regino Quintana como los “maestros” que representan un modelo a seguir en cuanto al ABC del boxeo en su más genuina expresión. Y asume el orgullo de una bandera que es potencia en el concierto mundial.
No todo pasa por enseñar, por moldear guerreros del ring e incorporar ideas y conceptos trasladados a una idea aplicada al boxeo. Es que Franquis también transitó ese ámbito que hoy adoptó como su trabajo: Hizo más de trescientas peleas como aficionado y peleó en casi todo el circuito de elite en Cuba: Torneos en Playa Girón (Guantánamo); Copa Uneca, Copa Radio Guama y el tope de campeones Copa Ignacio. En su etapa activa, se hablaba poco del profesionalismo que se instaló en la Isla mucho más acá en el tiempo. “Mi sueño cuando salí de Cuba era poder tener un campeón mundial y el año pasado lo logré con el italiano Vicenzo Gualtieri que se coronó campeón de peso medio IBF. Esa parte está cumplida pero –insistió- siento que estoy transitando recién la primera etapa del camino”.