Esta vez la razón, estará en la fuerza. Darío Manuel Carrizo volverá a sentir las mismas sensaciones y caminará hacia un ring con sensación de esperanza. En Villa María, Córdoba, peleará por primera vez como crucero y llegará a su tope en la balanza, ante un rival local y debutante. Edilberto Fernández pesó en primer término 79,400 mientras que el comodorense Carrizo pesó 80 kilos exactos.
“Me faltó guanteo y un poco de entrenamiento aunque nunca dejé de entrenar, ni de cuidarme físicamente. Puede ser una puerta que se abra para avanzar y me sirva para recuperar la confianza” reconoce “Manu” quien peleará en los 80 kilos, en una división donde el impacto se mulplica. “Entreno por mi cuenta aunque me acompañan Jorge Quintana y José Palma, quien viajó ahora conmigo. Muy agradecido también a Martín Décima que siempre está al pie del cañón, no de ahora sino desde hace bastante”.
“No soy el mismo “Manu” de antes, me siento bien para darlo todo” agrega Carrizo quien avisó que si bien su rival es debutante, lo reconoce como “difícil” por tratarse de un crucero natural y por lo tanto, con pegada. “Yo no subestimo a nadie. Subir a un ring implica no ser un paquete. El que entiende sabe que es necesario volver y dar una buena pelea”.
“Yo no dudo de mí y de mi esfuerzo; quiero que todo salga bien porque me quiere volver a pelear con Gustavo Chazarreta a quien noqueé, le contaron hasta quince y sentí que me robaron y fue un afano para mi carrera”.
Carrizo indica que debió cambiarse la coordinación del viaje dado que debieron hacer nueve horas en colectivo hasta Córdoba y debió esperar algunas horas para ingresar al hotel. “No creo que haya sido a propósito pero las cosas van a suceder como deben suceder. Así será”.
Agradeció a su equipo más cercano; a su padre Jesús y a Sixto Troncoso, un amigo que también lo acompaña desde el interés. “La pelea salió sobre la marcha y la consideró una oportunidad para mí. Quiero arrancar y poder avanzar para mejorar boxísticamente”. Foto OR Promotions.