Pasaron los años y los rounds. A los diecinueve, Matías Leandro Huircán decidió hacer las valijas y viajar en busca de su destino. Radicado en Las Heras, Mendoza, bajo la tutela de Julio Pablo Chacón, absorbió cada pizca de aprendizaje; se hizo profesional y ahora prepara su regreso a la tierra que lo vio crecer. Peleó en Allen; Cipolletti, Rincón de los Sauces y en Cinco Saltos pero nunca en General Roca, donde recién debutará éste sábado en el Polideportivo Municipal. “Arranqué a los dieciocho y un año después me fui a hacer mi carrera a Mendoza; vivo en la pensión y por ahora no está en mis planes volver, porque tengo muchas cosas pendientes que quiero cumplir”.
“El nivel –dijo Huircan- que tiene ese gimnasio no lo tiene ningún otro . Por los profesores y por los compañeros que son los que te hacen crecer con los spárrings. Mejoré un montón en mi boxeo porque antes iba para adelante y con tal de meter la mano, me comía más golpes que los que yo pegaba”.
El “Cacique” se define sin vueltas como un “guerrero”, amante de la corta distancia aunque en versión mejorada. “Hace unos días, me agarró la ansiedad y los nervios, porque siempre quise pelear de local. De amateur nunca pude y ahora se me dio ésta oportunidad cuando ya siendo profesional. Será algo hermoso, que vengo esperando desde hace muchos años”, cuenta el patagónico cuya familia reside en el barrio Paso Córdoba.
“Doy clases de boxeo recreativo aparte de pelear. Y a veces, hago alguna changuita de lo que salga. Por suerte ahora, conseguí un sponsor y estoy mejor. Es impresionante el apoyo la gente. A pesar de la distancia están siempre y sé que a la pelea van a ir todos. A pesar de tantos nervios eso me da tranquilidad y mucha fuerza interior”.
Fue debut y triunfo en Mendoza ante Maximiliano Suárez; después un empate en Villa Carlos Paz ante Pablo Ríos y en la última, una derrota por puntos en Temuco (Chile) frente a Mario Esparza. Tiene 1-1-1 y como la mayoría de sus colegas enguantados, la ilusión de ser campeón. “Es el sueño que todos tenemos, yo creo que todo boxeador quiere ser campeón mundial” y resume en pocas líneas lo que el boxeo representa en su vida. “Yo tengo mucha fe en mí y en lo que hago. Todo lo que soy lo muestro en el ring. Y siento que el boxeo es un estilo de vida. Desde que me levanto hasta que me acuesto todo es boxeo. Éste deporte me sacó de un pozo que pasé por un mal momento. Me enseñó disciplina porque no es una escuela de vida sino que es la vida misma”.
Compartirá cartelera con Christian Luis y con Ramiro Escobar, los dos créditos de General Roca en una noche genuinamente rionegrina. “Cuando vengo a pasar las fiestas acá, entreno en el gimnasio con ellos y siempre hablábamos de pelear los tres juntos en un festival. Lo charlamos tanto que ahora se dio. Compartiremos camarín y una linda noche de piñas”.