Fernando Coronel hizo tres peleas en una semana. Casi su promedio anual. Y tras haber peleado la final, haber batallado y conquistado una medalla de plata siente que hay una “cuenta pendiente” e irá por uno más antes de saltar al profesionalismo.
Aunque mantiene la tonada santiagueña, es un sureño más. Y se lo hizo notar la gente que no deja de saludarlo y reconocerle el trabajo realizado en Puerto San Julián.
“Haber peleado un Nacional fue un logro para mí. Es lo que siempre busqué, un lujo y un espectáculo. Uno se mide con los mejores del país y pese a mi poca experiencia, creo que hice una buena campaña. Estaba tan conciente que sentía en el ring hasta mi respiración”.
Coronel recibió una llamada que reafirmó sus progresos. Y el propio Omar Narváes lo invitó a entrenar con la Selección en los primeros días de diciembre. “Me dejó perplejo y me dejó totalmente desorientado. Se ve que ha gustado mi estilo de boxeo “Poco a poco estamos encontrando un estilo que nos beneficie. Tengo una movilidad de piernas que no es propia de la categoría lo mismo que la velocidad y los reflejos. No me siento un auténtico pesado porque a mi físico lo estoy trabajando a lo igual que mi pegada y mi musculatura para adaptarme a los pesados”, dijo Coronel a PdS. «Llegar a la Selección es un sueño y era lo que nos habíamos propuesto con mi profe Andrés (Maidana). Estoy ansioso y muy feliz para llegar a pleno, ya tengo todo listo para que llegue la fecha”.
Entrenar con la Selección significará posibilidad de más combates. De hecho tiene peleas acordadas para el primer semestre. “En el 2026 quiero poder arrancar bien el profesionalismo. Estamos sumando sponsors y demás para que lleguen más rivales de otras provincias o en el peor de los casos, salir nosotros a pelear”.
“Me quedó esa espina porque demostré haber estado a nivel” dijo el grandote radicado en Rawson y representante del CENARDCAM quien admite que buscará nuevamente ser finalista en el próximo Nacional. Ese y la convocatoria a la Selección Nacional, son suficientes motivos para postergar el debut como profesional, quizás ya con el fogueo y las peleas que se requieran para dar el siguiente salto. “Siempre sentí el acompañamiento de la gente de Rawson pero también el de mi familia en Loreto (Santiago del Estero) que me mandaban mensajes de aliento y seguían las transmisiones. Es gratificante que te alienten y te saluden en la calle o me pidan fotos. Me llegaron saludos de todos lados inclusive de gente que no conocía. Mis compañeros de gimnasio estaban muy pendientes”.
“Yo no sería hoy lo que sería sino fuera por María y César, mis papás. Ellos se sacrifican como familia, buscaron los recursos para que yo viaje, mi papá movió cielo y tierra para que tenga todo listo quince días antes; estoy agradecido a ellos y a mis hermanos porque ellos la viven en el día a día conmigo”