La boxeadora trelewense retornó a Trelew después de haber obtenido el viernes pasado en Hollywood el título plata superpluma del Consejo Mundial de Boxeo al vencer a la estadounidense de origen en griego, Kallopi Kouroni, por nocaut en el tercer round. Adelantó que sólo defenderá la corona mundial en el exterior y tiene en la mira a las campeonas de las otras organizaciones: «Ahora vamos a sacarle provecho a este cinturón», aseguró.
«La ida no fue fácil, pero tampoco pensábamos que iba a ser tan fácil la pelea. Primero la Visa que no llegaba, después nos mandaron el pasaje ahí nomás, me tuvieron a las vuelta. Salí a las 9 de la noche, llegué a las 5 de la mañana a Estados Unidos, mientras hicimos el papelerio, se hicieron las 7 y las 2 de la tarde teníamos el pesaje. Bueno, a las 2 apareció mi rival, pero después que esperar tres horas para ver si daba el peso. Se armó un lindo quilombito, traté de mantenerme al margen alimentándome, hidratándome, pero acá está todo el esfuerzo que hicimos», resumió sobre todos los avatares antes del combate mientras mostraba su faja ecuménica.
Soledad arribó a Trelew en vuelo de Aerolíneas Argentinas, junto a su marido y entrenador Mario Narváez, y fue recibida por su entorno familiar, sus hijas, su nieto de siete meses, Lucas; su mamá Dorys, su hermano Lucas, ex campeón mundial superligero AMB, su cuñado Daniel Narváez y otros compañeros de gimnasio.
«Pudimos tirarla tres veces. Ya la habíamos estudiado, ella me invitó a su show y aceptamos. Sabíamos que era ambidiestra, trabajaba de los dos lados, pero después del pesaje tenía la guardia baja y no me encontré con esa rival que iba a salir a buscarme. Así que la pude trabajar a la distancia, con golpes abajo, quebrar y meter las combinaciones, seguí las instrucciones de mi entrenador al pie de la letra”, repasó sobre el desarrollo del combate.
“Este es un título muy importante, ahora puedo pelear con cualquiera de las campeonas de las cuatro de las otras organizaciones, tanto con Amanda Serrano en pluma o Alicia Baumgardner en súper pluma, con la que ya peleé. Despacito, ahora vamos a sacarle provecho a este cinturón y cuando tengamos que pelear con otra campeona, ahí vamos a estar”, aseguró.
“Ahora somos dos campeonas mundiales en Argentina, la Chuky Alaniz y yo, veníamos en decadencia y pudimos remontar un poco”, destacó la «Itaka». “Siempre me he sentido en mi momento, pero faltaba convencer a los árbitros y los jurados, visualicé mucho esta pelea antes de salir al ring y me salió como la había visualizado”, expuso.
“En realidad me siento muy bien, me olvido que tengo 43 años, y ahora me voy a olvidar más que nunca que tengo 43 años”, aseveró. «Antes de esta pelea habíamos pensado en defender el título argentino, lo hablamos con Marcela Acuña en Plottier, creo que la fecha era el 7 de septiembre, pero ahora vamos a ver», dijo, poniéndole un signo de pregunta a la defensa de la faja nacional.
«A este título mundial lo vamos a defender solamente afuera porqueme costó mucho ir a buscarlo afuera. Al título argentino sí me gustaría defenderlo en Trelew, ante mi gente, acá estoy, fui triple campeona argentina, triple campeona mundial. Ya lo hablamos con las autoridades”, demandó.
Revivió el abrazo con Mauko Narváez en el centro del ring, una vez que consumió el nocaut ante Kourouni: “pasaron en segundos todos los años y días de entrenamiento y sufrimiento, yo como boxeadora y él como entrenador, siempre faltan cosas. En esta pelea hubo gente que me ayudó de todos lados porque tuve que ir dos semanas antes a Buenos Aires, pagarnos estadía y comida. Esperar la visa, pagar la visa, que costó cerca de 300 mil pesos, que estábamos ahí, que íbamos o no íbamos, y todo eso pasa por la mente en ese momento”.
«Les agradezco a todos, a los sponsors que tuvo, gente que no conozco y que sin poner su logo en el pantalón me ayudó igual, a Chubut Deportes, al intendente Merino, al ministro de Educación, a la directora de mi Escuela 207 del barrio Inta, a mis compañeras, a toda la gente de Trelew que es mucha”, ponderó.
Jornada Medios/Fotos Sergio Esparza.
