Facundo Gorsd, el “Tata”, quiere llevar la bandera del boxeo en Puerto Madryn. Se imagina volver a ser local en su ciudad y volver a experimentar la sensación de un público propio, algo que pocos profesionales del Chubut pueden palpitar. Se pelea afuera y a veces, eso implica, un esfuerzo extra y fallos adversos como parte del proceso. Gorsd apunta a un 2024 con continuidad y sumar la experiencia necesaria para terminar de afianzarse como profesional. “Esa es la idea, poder hacer peleas seguidas. Si bien en la última no fue el resultado que fui a buscar, me motivó a trabajar más fuerte para volver”, resumió.
“Me gustó la pelea y entrenamos bien. Nos avisaron con tiempo llegué bien con el peso; peleamos con un buen rival y demostramos estar siempre a la altura”, sostuvo el púgil que viene de perder por puntos en la FAB ante Diego Gabriel Sánchez y que cuenta con un registro de 2 triunfos y 2 derrotas.
“Físicamente siempre estuvimos bien. La consigna es siempre estar preparados para cuando salga la oportunidad de pelear y estar listos. En lo boxístico me sentí mucho más maduro”. Y destacó como un progreso, la paciencia y la búsqueda ofensiva. “No siento esos apuros de tirar combinaciones y hago una pelea más pensante”.
“Todavía no tengo en mente a quién quisiera enfrentar pero siempre estoy viendo a los mejores de la categoría porque sé que no estoy lejos. Voy a subir escalones pelea a pelea. De lo que estoy seguro es que la oportunidad llegará”. Se extraña Madryn y un ring con caras conocidas. Para Gorsd, el efecto localía permitiría demostrar el trabajo y potenciarse desde una confianza distinta. “Me encantaría pelear en Madryn otra vez, para que esté la familia y pueda ir toda la gente a la que le gusta el boxeo. También el que no conoce para que empiece a apoyar a éste deporte que está un poco quedado en la ciudad”.
Reconoce que Jonathan Wilson Sánchez y Maximiliano Robledo marchan a la vanguardia del boxeo chubutense aunque no se siente lejos. “Hay mucho amateur pero pocos eventos profesionales. Hay mucho trabajo para hacer. Yo quiero entrar en ese podio de los mejores”.
Su vínculo con Daniel “Escopeta” Véliz nació desde el amateurismo, lleva una década de confianza mutua y aprendizaje. “Es mi entrenador de siempre. Con el empecé y me enseñó todo sobre el boxeo. Cuando entré a su gimnasio deje de hacer cagadas y de andar en la calle. Somos un equipo y lo considero un segundo padre”, dijo Gorsd. “Por eso siempre le agradezco a mi familia que siempre me apoyó y nunca dejó de creer en mí. Espero retribuirle con una alegría después de tantas batallas”.