Los une el apellido, la pasión y ahora también, un objetivo deportivo. Es que el jóven invicto profesional, nativo de Esquel y radicado en Comodoro Rivadavia, José Vargas decidió dar un vuelco en su trabajo y apostar a la experiencia y al recorrido que recogió Julio, un prometedor técnico formado en la Escuela Municipal que debutará como rincón principal. “Ya estamos trabajando juntos, lo conocí en el 2012 cuando entrenaba en el gimnasio Municipal junto al “Tigre” Saldivia. Lo conozco de ahí, siempre tuvimos buena relación y buena charla. En marzo decidí cambiar de entrenador y lo tengo a Julio”
“Varguitas” apuesta a que el único secreto está en la transpiración y en la ley del esfuerzo. “Entrenamos duro porque queremos seguir peleando. Igual te bajonea que se caigan las peleas, ya llevamos dos inclusive en una llegamos a viajar hasta la sede y se terminó suspendiendo. Te dan ganas de tirar todo. Que se baje una pelea es un garrón”, cuenta el cordillerano quien reconoce que debe pulir detalles que mejorarán sus posibilidades.
Gimnasia bajo techo hasta tanto se reabra el Gabinete Metodológico; salir a correr y entrenamiento boxístico en el gimnasio del Team Alvarado, representan parte del día a día que pocos conocen. “Estamos poniéndonos a punto, necesitamos ponernos a punto y esperar que algún profesional se acerque para empezar a guantear. Ojalá se normalice todo en breve, que podamos pelear. Pese a todo le metemos empeño”, dijo el profesional que representa al Club de Boxeo Comodoro y que cuenta con el apoyo de la UOCRA.
Julio Vargas, se formó en el Municipal Uno como parte del equipo de Héctor Saldivia y con Robinson Zamora como referencia. “Cuando hablábamos siempre me pedía una crítica constructiva y tras su última pelea en febrero, empezamos a trabajar juntos. El objetivo es que José pelee y poder cambiarle algunas cosas. Yo subí al rincón del “Tigre” y acompañé también a Daiana Molina en San Julián, ahí nos trajimos el triunfo. La idea es trabajar; nunca parar por más que las peleas se caigan”.
El flamante entrenador, especialista del manopleo, reconoce que en el gimnasio está la única clave para la superación personal. “Le agradecemos al Toto Campos que es el profe en Alto Rendimiento. Nunca dejamos de entrenar, en el manopleo se aprende algo nuevo a lo igual que en el spárring. Las postergaciones nos tienen que hacer más fuertes, siempre se tiene que estar al cien por ciento, sin regalar nada. Hay que estar siempre listo”, asume.
Ambos reconocen un déficit en el guanteo y en las dificultades para encontrar el ritmo de pelea en la antesala de un compromiso. “Siempre le agradecemos a Darío Alcapán y Rodrigo Maizares que es un hermano y siempre se acerca cuando está pero es feo salir teniendo que dar ventaja. Quizás sea una crítica pero los entrenadores deberíamos ponernos de acuerdo y los profesionales debieran ayudarse entre sí”.
Julio y José, los Vargas se ponen en acción. “Es una linda carta que me juego, ser rincón principal es el que manda y una responsabilidad. La considero un lindo desafío, una prueba”. Y en cuanto a su metodología, plantea “aprender del boxeador” y construir juntos el proceso evolutivo. “Se corrige y se entrena todos los días. Hay que estar preparados para la guerra; concentrados. Si no nos vemos bien no subimos, siempre estaremos once puntos”. Y al final, se ilusionó con el sueño de llegar con su flamante pupilo a un título porque “Soñar no cuesta nada”.
A la hora de los agradecimientos, los Vargas, boxeador y técnico, reconocieron el apoyo de Raúl Silva y Rubén Crespo (UOCRA Conducción Silva); Jorge Uribe (delegado de Petroleros) y José Barrionuevo. “Y a la familia Alvarado que nos tratan como en su casa. Tenemos el Club Comodoro pero no tenemos calefacción, no queremos correr riesgo de enfermarnos. Igual no somos delicados y si tenemos que entrenar en piso de tierra, lo vamos a hacer”.
Ismael Tebes/PdS.