Walter Ezequiel Matthysse, tal como reza su DNI, recién ahora se ríe del misterio. “Me habían dicho que iba a ser como una bomba y que no podíamos decir nada”, cuenta a pocas horas de haber movido el avispero boxístico de un país sin campanazos. “Había otras propuestas pero me decidí por Sampson porque lo que ofrecía estaba bueno y le estoy muy agradecido por la oportunidad. Obviamente, quiere que lleguemos a un título del mundo”. Matthysse Junior o el ex “Eze” vislumbra que el arranque de su carrera profesional se hará en el país pero entiende que en el momento exacto, volará a los Estados Unidos. “Si uno quiere algo grande en el boxeo o ser campeón todo está allá”.
A su potencial boxístico, a la genética y al cuidado físico reconoce haber sumado una superación mental. “Siempre me tomó todo con mucha seriedad, veo las cosas diferentes y creo haber crecido mucho en ese aspecto”. Desde su casa en el barrio Los Sauces, Walter Junior sueña con “ser campeón del mundo y quedar en la historia como nos gustaría a todos”. Peleará en mediano, su peso habitual, y ya tiene garantizado alojamiento en Estados Unidos como parte integral de un equipo que incluirá a Mario Narvaes, su tío y entrenador. “Sampson hará mi carrera y cuando me vean preparado y con la suficiente experiencia, seguramente me llevará a EEUU. Todas las peleas que haga acá y seguramente las que haga afuera, las va a televisar TyC Sports”.
“Ya fui un par de veces allá –agregó- y creo que me conocen por haber acompañado a mi tío y por haber entrenado. Inglés?. No sé, pero hablando con la gente ahí es como si hubiera estudiado”. Entrenará en Trelew durante su primera como rentado y llevará a modo de homenaje, el nombre de su padre. “El es mi ídolo, lo ví pelear y será un honor que me presenten con mi nombre completo en una gran velada. Sampson propuso el nombre y me gustó la idea. Cuando escuche “El Niño Terrible” y me acuerde de la familia, me voy a transformar”. Hincha de Colón, también por mandato familiar recuerda haberse vestido de boxeador desde su primer año de vida y haber acompañado al “Terrible” en el gimnasio, dice no abandonar la fe cristiana y difundir la vida sana inclusive con su novia Florencia Giménez, quien comenzó a entrenarse después de conocerlo. “Se compró una bolsa, yo le enseño algunas cosas y pega bastante fuerte”, bromea.
“Me gusta la cumbia villera porque nací en Las Mil Viviendas. Ahí vivíamos todos: Lucas, Mario, mis abuelos; Sole y Mario y mis primas” dice el pibe que se hizo grande ya tiene vuelo propio. Le sobra el orgullo y porta un apellido “pesado” en el ambiente de las piñas. Con todas las armas para crecer y ahora, con un respaldo promocional que seguirá potenciándolo. Pega, boxea y por momentos intimida pero en la calma hogareña, es con 21 años un jóven aplicado, amante de los suyos y feliz, muy feliz por lo que hace.
IT/Piñas del Sur.