En Rawson, la capital de Chubut, el nombre de Walter “Pachu” Castillo le suena conocido a los aficionados del boxeo. Es que el púgil que se coronó campeón Latino Plata welter del Consejo Mundial de Boxeo es un trabajador del ring que asume riesgos que en la mayoría de los casos, no suelen jugarle a favor. Como el viaje bien “de apuro” para pelear con Adolfo Moreschi en Garín. “Nos avisaron un jueves y pese a eso, fuímos y además ganamos”, cuenta al recordar una de sus mejores noches. Antes había tenido dos oportunidades frustradas con títulos en juego ante Diego Ramírez y Gustavo Víttori. “Esa fue la mejor pelea y diría que en la última, éste año me bloqueé bastante con Maximiliano Ocampo. Mejores peleas creo que fueron todas porque cada una de ellas me dejó una experiencia y un aprendizaje”.
“Venía progresando bastante si bien creo no nos pudimos desenvolver en el ring creo que también por el hecho de estar sin promotor veníamos haciendo peleas duras”, cuenta Castillo, de 27 años, quien tiene una foja de 14 triunfos (4 por la vía rápida) y 6 derrotas. Como a todos, el parate obligado lo llevó a buscar alternativas para sostener la economía de su familia. “Ahí la vamos llevando, medio a los tirones nomás haciendo lo que se puede de gimnasio. Conseguí un lugarcito para entrenar porque en la casa que alquilo se me hace chico el lugar. Yo vivo solo del boxeo y con la inactividad tuve que salir a trabajar”. “Pachu” agradece el trabajo y las “changas” que le han dado sustento en éste tiempo sin boxeo. “Gracias a Dios en las chacras me salieron unas cuantas cosas para hacer. Con eso me arreglé bastante aunque también mi viejo me da una mano grande”.
Las tareas que realiza son diversas, alejadas de su entorno deportivo. “Puse alambres; arreglé corrales y también trabajo con caballos, haciendo “desvasado” y andándolos para amansarlos; hago limpieza en chacras. Ahora me ocuparon para pintar un techo y un amigo me pidió que vaya a recorrer y mirar su campo”.
“No tenía planes en realidad ninguno en específico pero quería entrenar para superarme. Lo que más anhelábamos era poder defender el título acá en Rawson pero ya la provincia y la ciudad venían medio complicados y estaba dura la mano para hacer un festival acá”, lamentó. “Igual acá en Rawson la gente siempre me hace llegar su cariño y su apoyo. La gente reconoce el trabajo que hago y eso me pone contento que más allá de los resultados, se valore el trabajo que hago”.
Castillo quien entrena a las órdenes del cubano Franquis Aldama, próximo a emigrar y de Ruperto Ruíz en la parte física, ya tiene una pelea en el exterior (“Afuera son súper profesionales y hay que estar bien preparados para salir…”) y la ilusión de que la cuarentena finalmente se termine. “La verdad no lo he pensado en éste tiempo pero lo único que quiero es que todo esto pase porque se nos ha puesto difícil para todos. Agradezco tener salud y que no nos haya faltado la comida en la casa”, finalizó.