Un antes y un después, de aquel nocaut mediático ante Martín Coggi; el rosarino radicado en Comodoro Rivadavia, Sebastián Ezequiel Aguirre transitó por diversos procesos que lo llevaron a la quietud y al silencio. “Ahora estoy estancado por el COVID-19. Hacía un mes que arranqué a entrenar y a cuidarme con las comidas. De a poco fui agarrando ritmo y bajando de peso. Me dije “basta, hasta acá llegué” y sé que tengo que enfocarme en volver mejor que nunca”. Con 28 años y un récord que podría abrirle puertas (3 derrotas en 20 peleas; 10 nocauts y un título Latino en su poder) asume transitar por el momento justo para intentar lo que se proponga.
“Había dejado el trabajo, estaba en blanco pero me quitaba mucho tiempo para dedicarme de lleno al boxeo. Me levantaba a las 5 de la mañana para ir a trabajar hasta las 15. Volvía a mi casa muerto de sueño y físicamente no me sentía bien, me dolían la espalda y la cintura”. Y lamenta haber resignado chances potables para pelear afuera. “Me llamaron para ir a Rusia, Alemania, Inglaterra, EE.UU y nunca estaba en condiciones. Hasta me llamaron para una eliminatoria mundialista por 25 mil dólares y no la pude tomar”. Arrancó el 2020 dispuesto a dar vuelta la página, capitalizar la experiencia; la clasificación (11 en la OMB) y con la edad propicia. “Siento que perdí mucho tiempo pero todavía se puede. No soy un boxeador golpeado, nunca sufrí un nocaut en contra ni siquiera haciendo spárring y nunca fui a la lona ni siendo amateur así que me siento entero para seguir con mi carrera”.
A la mirada optimista no le faltan las críticas del pasado sin compromiso, excedido en confianza y entendiendo que siempre “alcanzaba” con los recursos. “Nunca me entrené más de 2 meses para una pelea. Me arrepiento de no conocer mi potencial. Por cada pelea bajo de 8 a 13 kilos y eso no es bueno. Y este 2020 tenía pensado hacer las cosas bien”.
Remitiéndose al 27 de octubre del 2.108 en el Municipal “General Mosconi” de Cutral Có, recuerda el triunfo más relevante de su carrera. “Ese nocaut a Coggi marcó un antes y un después, no solo por la definición sino por haber conseguido mi primer título como profesional, haberme ranqueado y también por la manera en que se dio”.
La pelea tiene –claro- su propia historia detrás. “Un día estábamos comiendo un asado en familia y llamó Margossian a mi papá. Le dijo que me pregunte si quería pelear con Coggi; mi viejo me lo dice en el momento cuando yo estaba inactivo desde hacía meses. Siempre en broma le dije “A ése lo cago a piñas” y mi papá le dijo “Te lo matamos”. También le preguntó cuánto medía de estatura. No porque fuera muy alto para mí sino para saber “cuánto ruido iba a hacer cuando caiga”. Y así fue”.
Aguirre está undécimo en el ránking superligero de la OMB y sexto en el ránking argentino ligero. Profesional desde el 2013 ganó 10 de 19 antes del límite y tiene 3 derrotas. Ganó consecutivamente sus últimas cuatro peleas: Angel González; Jhonatan Sosa, Coggi y el paraguayo Carlos Portillo.
“Para esa pelea teníamos cuatro semanas para ponernos en forma y dar el peso, estaba rejugado así que llamamos al “Colo” Fernández y de inmediato viajé a Capital para comenzar los entrenamientos que fueron de mañana, tarde y noche”, bromea Sebastián.
“Hoy por hoy –reconoció- estoy más motivado que nunca. Nunca tuve tantas ganas de pelear, ésta cuarentena me sirvió para replantearme todo lo que estaba haciendo mal en mi vida y perdiendo tiempo. Pudiendo vivir de lo que me gusta y amo que es el boxeo”.
Entregado al trabajo y esperando al final de la Cuarentena, Aguirre dice haber encontrado la motivación. “El “Colo” dice que tengo un nivel de boxeo como para estar peleando afuera. Él me define como fuerte, aguantador, veloz y pegador. Y que no hay muchos que peguen y aguanten la mano. También me pide que deje de perder el tiempo y de estar “paveando». Fue un gran paso y una excelente decisión irme a entrenar con él y su equipo”. Y en el recorrido, no obvia al maestro cubano Juan “Morito” Fernández. “Me enseñó a boxear; a desplazarme en el ring. Siempre decía que era un diamante en bruto para pulir. Se lo extraña mucho porque nos marcó a todos”.
“En lo económico y deportivo a mí me sirve pelear fuera del país y probarme con buenos boxeadores. Si saldría a EE.UU o cualquier otro país iría súper entrenado a dejarlo todo. La categoría ligero se puso muy buena porque están Lomachenko, Gervonta Davis; Devin Haney; Teófimo López y muchos más. Si ellos llegaron porque yo no?…”.