El nombre de Fernando Coronel se suma a la lista de figuras en ascenso con mucho por hacer. Tiene 18 años, nació en el hospital “Ramón Castillo” de Santiago del Estero pero vive junto a su familia desde el 2003 en Rawson.
“El boxeo estuvo presente desde muy chico en mí desde familia porque con el tiempo me enteré que mi papá y mi padrino quisieron ser boxeadores pero por circunstancias no se les dio”, explica Fernando quien se motivó con las películas temáticas de rigor en los tiempos “Maravilla” versus Chávez Junior. “Empecé a entrenar a los 12 después de haber ido un festival de boxeo en Playa Unión donde peleó “Pachu” Castillo” de fondo jeje”, bromea.
Entrenado por Andrés “Pollo” Maidana y Héctor Moreno en el CENARDCAM transita aún por un proceso formativo ”necesario” para afrontar retos mayores. “Muchos compañeros de gimnasios a veces hacían de técnicos o segundos. Por ejemplo Sebastián Velásquez y Tony Cid me prepararon para dos torneos provinciales en los cuales salí campeón y mejor boxeador del torneo, ganando todas las peleas por RSC”.
Lleva 10 con 6 antes del límite y 1 derrota y pudo colgarse algunas medallas motivadoras. “Una vez se me apagaron las luces y caí sentado, para mí fue mi mejor pelea. No boxísticamente porque no escuché la esquina. Sufrí un poco pero la gané y fue contra Julio Payllalaf. Recibí un zurdazo en la pera y aunque me levanté rápido no sabía ni donde estaba. Pude remontar una pelea que estaba ya casi perdida”, recuerda.
A la hora de fijarse objetivos, el “León” elije sumar; un futuro debut profesional y después, con humildad, llegar a la cima. “Tengo el mismo sueño que tienen todos: llegar a un título nacional o mundial”. Y en esa línea reconoce la “constancia y responsabilidad” como estrategia pero también el aspecto material bien intencionado. “Me gustaría poder ayudar para que mis viejos no tengan la necesidad de trabajar. Y poder devolverles a mis padres todo lo que me dieron a mí y mis hermanos”. Su familia es oriunda de Loreto y llegaron a Chubut para trabajar, el papá como capataz de obra y albañilería y su madre como enfermera.
“Soy un boxeador fajador por naturaleza, me gusta el contacto de los golpes; el cuerpo a cuerpo. Quizás por mi contextura física a veces me convenga boxear más “bailar” un poco arriba del ring, cosa que no me gusta mucho. Hay que acostumbrarse y hacer caso a los técnicos”.
Fernando Coronel, quien cursa el séptimo año en la Escuela Politécnica le pone comillas a la palabra “carrera”; cuestiona las promesas de sponsoreos incumplidos y los días sin poder entrenar. “Siempre fui fanático de Carlos Monzon y Nicolino Locche. Mi abuelo es fanático de ellos y me transmitió ese sentimiento desde muy chico. De mi categoría o aproximados siempre me gustó Ringo Bonavena, Muhammad Alí y el estilo de los hermanos Klitschko. Hoy en día sigo a Usyk, a Marcelino López y también a Naoya Inoue”.
IT/Piñas del Sur.