Raúl Javier Montesino asume sin rencores lo que la vida le propone. Un accidente automovilístico ocurrido el pasado 14 de octubre en el acceso a la ciudad de Trelew lo tuvo como el principal damnificado. Y después de someterse a una serie de complejas operaciones reconstructivas, el “Pelado” volvió al gimnasio de boxeo aunque asumiendo los miedos lógicos.
“Sigo trabajando con los chicos pero reconozco que tengo miedo a viajar y hay cosas que me cuesta afrontarlas. Siento algo raro, por un lado ganas de trabajar y después muchos temores” asume el ex doble campeón argentino.
“Anímicamente me siento bien pero todavía tengo la cara hinchada, no puedo tomar frío, ni calor. Mi cuerpo aceptó los tornillos y las placas internas, me cuesta llevarla” dice Montesino quien fue el más golpeado de las ocho personas involucradas en el choque.
“La pasé muy mal. Me hicieron catorce puntos en el párpado, se me había caído todo. Ni siquiera boxeando me había roto la nariz. No solamente pude haber sufrido desprendimiento de retina sino que pude perder la vista y me quebré el arco superciliar y el pómulo con desplazamiento de mandíbula”.
Sobre el accidente recuerda haber conducido durante casi todo el trayecto y haber cedido al volante al referee Celso Britos, minutos antes del choque. “Sentí el impacto y de pronto, una rueda estaba cerca de mi cara. Me empecé a ahogar con la sangre, veía por un solo ojo, me golpeé la frente con el asiento del conductor y me quise desmayar. Tuvimos la suerte de no volcar, yo me bajé por las mías caminando solo y con una toalla traté de pararme la sangre del ojo; cuando los bomberos me querían curar pero no pudieron”.
Sufrió cortes múltiples en la frente y en el mentón; tenía vidrios en la base del ojo y la nariz destruída. “Tengo dos tajos como de cinco centímetros, ni puntos se podía hacer , quedé desfigurado. Lo estoy sufriendo porque ahora me cuesta comer, me cuesta caminar y no puedo hacer fuerza y parte de la pierna la tengo dormida”, describió.
“Yo siempre exigí que siempre que se viaje, haya una notificación para que tengan seguro ante cualquier eventualidad que pudiera pasarles. Lamentablemente me pasó a mí, decidí ir a último momento, peleaba mi sobrino y no avisé al Municipio y ahora no me cubre la ART”.
El “Pelado” asume que la desgracia pudo haber tenido un saldo aún más grave. “Fui el que terminó más lastimado; nadie se lastimó ni la nariz; Britos solamente se golpeó en la pierna”. Los ocupantes del auto eran el propio referee; el boxeador Juan Hughes; su técnico Agripino Maurelia y un menor acompañante.
“La operación fue complicada y se hizo en el hospital Británico. Desde adentro de la boca me operaron toda la nariz y me sacaron el ojo para operarme la órbita, ya que tenía todo cortado”, dijo el ex boxeador y actual entrenador de la Escuela Municipal.
El “Pelado” agradeció cada aporte recibido que le permitió afrontar los gastos que demandó su viaje, estadía e intervención quirúrgica en Capital Federal. Desde el diputado provincial José Giménez; el ex boxeador que vive en Ushuaia; Segundo Rodríguez quien le facilitó un departamento para que se aloje junto a su hijo Matías y su acompañante durante veinte días. “Mi hermano hizo de todo, qué no hizo. Hasta me facilitó su auto y dinero. Cada integrante de mi familia me acompañó a lo igual que amigos del boxeo y personas que simplemente me conocen como Claudia López y Augusto Rakejar. Son muchas personas y no quiero olvidarme de ninguna”.