Campeón se nace. La frase podría estar escrita en la pared de cualquier gimnasio y podría “entintarse” fácilmente en la piel hasta lo profundo. En el humilde gimnasio del barrio INTA se respira boxeo y cada ladrillo parece tener su historia. Diego “Chapu” Sañanco enseñó a valorar éste lugar a quienes lo supieron entender y hoy, Dylan Alexander Navarro promete fortalecer esa mirada del barrio al ring.
El pibe de veinte años decidió acelerar los tiempos y despedirse del amauteurismo a fines del año pasado. Y ahora se viene su estreno profesional en el 2024. ”Éste será un año de mucha preparación y de mucha disciplina para llegar a lo que quiero lograr. Ya estaremos subiendo al ring de profesional y le doy gracias a Dios por éste camino que no va a ser fácil”.
El “Distinto”no pone fecha posible del debut y prefiere jugar con la “sorpresa” para su primera vez. “Vamos a seguir luchando como lo venimos haciendo. Me queda presentar algunos estudios que están pendientes y después mi técnico Diego, los enviará a la Federación para obtener la licencia”.
Sin medias tintas, el boxeador que incursionará en el peso gallo se propone llegar a la cima. “Mi objetivo y mi sueño es ser campeón del mundo aunque iremos con calma atrás de ese objetivo. Se vienen grande cosas en mi vida. Ahora estamos entrenando tranquilo y estudiando nuestro errores. Voy a tratar de hacer el doble para estar mejor y como profesional, tener más preparación y mucho más entrenamiento”.
Navarro cerró su ciclo amateur siendo uno de los peleadores más activos de la provincia: 17 triunfos, 9 antes del límite y solamente 2 derrotas. Se coronó campeón AMBAPA en Las Flores, Buenos Aires y disputó tres peleas de carácter intercontinental en Chile. Tuvo rivales colombianos y chilenos y despachó demostrando una clara evolución a la mayoría de los rivales que enfrentó. E inclusive en la última, cerró como pretendía: en Trelew y ante su gente, superando a Iván Puchi, un rival que como él, se proyectará al campo rentado.
“A las peleas voy a tomarlas con calma y también con inteligencia porque van a ser más duras, ninguna será fácil y son otras las manos y la forma en que se sienten los golpes”, reconoce Dylan.
“De amateur ya nadie me quería pelear, costaba encontrar rivales por cómo venía y con mi entrenador hablamos y decidimos subir al profesionalismo donde quiero lograr cosas grandes en ésta etapa”. En el gimnasio el proceso ya se inició, se cambió el chip y se piensa en función de lo que viene, redoblando el esfuerzo y soñando en silencio. “La fecha para debutar tiene que ser una sorpresa para mi gente y mi familia aunque por ahora no está definida” dijo el “Distinto” quien se estacionará entre los 54 y los 56 kilos.
“Cuando empezaron la vacaciones; arranqué a trabajar en la cereza gracias a mi novia y estamos trabajando. Vendo todos los días hasta las 16 y de ahí, me voy al gimnasio hasta las 19,30. Así seguiremos hasta que termine la temporada para luego dedicarnos exclusivamente al boxeo”.