Abril Vidal ya conoce de escenarios localistas y de fallos “adaptables” a la favorita. Ya lo sufrió en Costa Rica en el 2019 cuando perdió por puntos con Hanna Gabriels, sabiendo que en la práctica había ganado con amplitud. Aquel cimbronazo, difícil de absorber para alguien acostumbrada a dar todo por el triunfo, terminó alejándola por un tiempo del boxeo. Pero “Tina” eligió volver para reconvertirse. Reapareció en el 2019 y en el 2022 hizo su última pelea (GP4 Nerina Salafia) siempre con la idea de una nueva oportunidad mundialista. “Con Gabriels perdí por puntos pero me la robaron, me dolió mucho porque fue algo injusto. Me caí, tuve a mi hijo y estuve parada dos años hasta que volví a entrenar, hice otra pelea y la gané”.
El desafío inmediato será el 7 de marzo en el Montreal Casino ante la local Vanessa Lepage Joanisse estando en juego el título pesado vacante del Consejo Mundial. “Es buena mi rival; tiene boxeo y tira mucho. Somos bastante parecidas aunque ella tiene menos peleas que yo. Nunca peleó a diez rounds y yo ya lo hice tres veces. Fui campeona argentina y sudamericana y esa es una ventaja. Soy aguerrida pero ella también lo es”, reconoce Vidal.
En el viejo casco de Centenario, la ilusión de la peleadora neuquina no sabe de frenos, ni del impacto negativo que podría representar la inactividad. “Guanteo tres y cuatro veces al día. Y esa es una manera de no perder ritmo. Entreno a la mañana, hago guantes dos veces por la tarde y es casi una pelea. Mi papá me armó un ring y estoy todos los días ahí. Nunca perdí la distancia; trabajo con mi hermano Javier que es mi sparring”.
Abril Vidal tuvo su primer chance mundialista el 17 de julio del 2019 en el gimnasio Nacional de San José de Costa Rica; tenía por entonces veinte años y combatía en la categoría superwelter, categoría en la que se coronó campeona argentina y sudamericana. Es hija del ex boxeador profesional y actual entrenador Angel Fabio «Pucará» Vidal y boxea desde los catorce años. Peleó por última vez en agosto del 2022 en el gimnasio «Gigante del Este» venciendo por puntos a Nerina Salafia, de Ituzaingó.
Dice haber visto peleas de su oponente a pedido de su entrenador y aguardar la visa para poder planificar el viaje junto a su equipo. “Ya estoy en peso y lista para la pelea. Mi entrenador me ayuda todos los días a corregirme. Si me dijeran que la pelea se hiciera éste viernes, ya estoy lista. No tengo aún la fecha del viaje pero me acompañarán mi papá y entrenador; el médico y mi promotor”, remarca.
“Es mi sueño ser campeona mundial. Lo único que quiero es entrenar y que llegue la fecha de subirme al ring. Nunca me acostumbré a ver videos de mis rivales, nunca lo hice pero es algo que me pidió mi entrenador. Y lo hago aunque me enfoco más en mi entrenamiento”.
Abril debutó en el profesionalismo en el 2018 y lleva realizados 11 combates en ésta condición con 10 triunfos (4 antes del límite) y la citada derrota en lo que fue su primera salida del país. Enfrentó dos veces a la chubutense Natalia Sisterna y es vencedora de Natalia Juárez; Micaela Cabral, Gladys Segui; Roxana Laborde, Yanina Orozco, Yamila Reynoso y María Angélica Ruíz. “Mi trabajo siempre fue entrenar desde los doce años. Arranqué peleando kick boxing donde fui dos veces campeona del mundo; hice full-contact y a los 14 me dediqué solamente al boxeo; hice muchas peleas como amateur hasta que me hice profesional. Terminé el secundario, fui mama de Israel y ese también es mi trabajo. Agradezco a mis padres que me ayudan y me acompañan cuando a veces entrenar, cansa y demanda tiempo. Ser mamá es un trabajo más”.
“El boxeo –reconoce Abril- es parte de mi vida aunque ahora se convirtió en un trabajo. Paré dos años y sentía que tenía que volver a hacerlo, mi cuerpo y mi cabeza me lo pedían. Una persona tiene que hacer deportes para descargar la energía y mejorar la salud pero el boxeo es parte de mi vida”.
Vidal no la tendrá fácil, más allá de su experiencia y de su estilo ultracombativo, ya que combatirá bastante por encima de su categoría habitual. Y de ser superwelter (69 kilos) dará un salto hasta la división heavy, pesando en éste caso 80 kilogramos. “Es una oportunidad mundialista, anhelo ser campeona y voy a dar todo en esa pelea. Estoy acostumbrada al peso, la última la hice en 80 y me sentí bien, no ví ninguna diferencia. Son 10 kilos, físicamente no me molesta porque hace rato que trabajo en éste peso y ya me acostumbré”.
IT/PdS.